La tranquila localidad fronteriza de Salvador Mazza se ha visto sacudida por una ola de acusaciones y amenazas entre el empresario exportador Pablo Ojeda y el intendente local, quien enfrenta serias cuestionamientos sobre su gestión.
El detonante fue la revelación pública de Ojeda, quien afirma haber prestado al actual intendente 800 mil dólares para su campaña política, dinero que luego no pudo justificar cómo llegó a recuperar.
Con el sueldo de intendente no creo, declaró Ojeda en una entrevista, insinuando un posible desvío de fondos públicos.
El empresario denunció prácticas abusivas por parte del intendente al prestar dinero a comerciantes locales y luego presionarlos para su recuperación.
Ojeda desafió directamente al sistema judicial: Me voy a cuidar, conozco a Subelza, conozco sus contactos, expresó, advirtiendo sobre posibles represalias si algo sucediera a él o a su familia.
Esta situación se suma a las presiones que ya enfrentaba el intendente por una anterior intervención provincial en el municipio.
En ese entonces, el cargo lo ocupaba Carlos Villalba, quien fue sorprendido en un prostíbulo.A pesar del escándalo, Villalba regresó al ámbito político ocupando una banca de concejal, sin ser inhabilitado para cargos públicos.
En otro caso, Méndez, destituido hace tres años, fue descubierto con millones de pesos no justificados que la fiscalía considera parte de la recaudación municipal.
La justicia nunca elevó a juicio la causa en su contra, donde enfrenta acusaciones como peculado y enriquecimiento ilícito.
La tensión actual se materializó con denuncias cruzadas presentadas por Ojeda y el intendente ante la justicia penal local.
El fiscal Armando Cazón podría imputarlos por la confrontación que protagonizaron.El caso se torna aún más delicado al considerar las acusaciones de Ojeda sobre posibles conexiones ilícitas del intendente, lo que exige una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades.