La provincia de Salta se enfrenta a una realidad particularmente difícil debido al alza desproporcionada de los precios de los combustibles, superando ampliamente el promedio nacional.

Mientras que YPF, a nivel país, aplicó un incremento promedio del 1,75% desde el inicio del año, en Salta los aumentos han sido considerablemente mayores.

En concreto, la nafta súper aumentó su precio en 31 pesos, pasando de 1153 a 1184, lo que representa un incremento porcentual del 2,69%.

Por su parte, la nafta Infinia registró una subida aún mayor, con un aumento de 62 pesos, desde los 1388 hasta los 1450, lo que equivale a un porcentaje de aumento del 4,47%.

Este escenario no es nuevo. El año pasado también se registraron fuertes incrementos en el precio de los combustibles.

Durante el primer trimestre de 2024, febrero y marzo mostraron subas del 6% y 7%, respectivamente.En los meses posteriores, los aumentos oscilaron entre el 2,5% y el 4,6%.

A pesar de una leve disminución en octubre debido a la caída del precio del petróleo Brent, los precios retomaron su tendencia al alza en noviembre y diciembre, cerrando el año con un incremento del 2,2% en el último mes.

Diciembre de 2024 fue particularmente significativo, con dos aumentos notables: uno del 20,4% y otro del 38,9%, aplicados antes y después de la asunción presidencial de Javier Milei.

Estos incrementos subrayaron cómo las decisiones políticas y económicas pueden influir directamente en los precios de los combustibles, intensificando el impacto en los consumidores.

A pesar de una ligera desaceleración en el segundo semestre de 2024, con un incremento promedio del 11,7% entre julio y diciembre, la carga sobre los bolsillos de los salteños sigue siendo considerable.

Esta realidad plantea interrogantes sobre cómo se gestionarán los precios en el futuro y qué medidas podrán tomarse para aliviar esta presión sobre los hogares y sectores productivos de la provincia.

La situación actual nos preocupa profundamente, afirma Juan Pérez, economista local.Los altos precios de los combustibles tienen un impacto directo en la inflación general, en el costo de vida de las familias y en la competitividad de nuestras empresas.

Ante esta problemática, se espera que las autoridades provinciales implementen políticas públicas que contribuyan a mitigar el impacto de este aumento en la economía local.