El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, ha defendido públicamente la instalación de un alambrado en la frontera con Bolivia, justificándolo como una medida necesaria para reforzar la seguridad provincial y combatir el narcotráfico.
Las declaraciones del mandatario surgen luego de que Cancillería boliviana emitiera un comunicado solicitando explicaciones sobre la construcción del muro fronterizo.
No estamos invadiendo sus fronteras ni su territorio, afirmó Sáenz en una entrevista con La Nación, calificando la solicitud de explicaciones como cómica.
El gobernador resaltó que el objetivo del alambrado es optimizar los recursos y mejorar la seguridad en la zona, especialmente en la terminal de ómnibus de Aguas Blancas.
Este alambrado permite que aquellos que llegan a la terminal de ómnibus vayan directamente a migraciones, explicó Sáenz.
De esta manera podemos saber con qué ingresan y qué traen consigo.
Sáenz también argumentó que la medida permitirá liberar a efectivos policiales para que puedan dedicarse a tareas más específicas, como la vigilancia de pasos ilegales.
La decisión se enmarca dentro del Plan Güemes, una estrategia provincial que busca combatir el crimen organizado y fortalecer la seguridad fronteriza en colaboración con las fuerzas federales.
El gobernador insistió en que el alambrado es crucial para el combate al narcotráfico: Es la primera vez en la historia que se trabaja seriamente contra el narcotráfico, unificando los esfuerzos de todas las fuerzas con un mismo objetivo.
Estas medidas, sin embargo, han generado tensiones diplomáticas con Bolivia.Sáenz también defendió la decisión de eliminar la atención gratuita para extranjeros en los hospitales salteños, argumentando que muchas veces no teníamos camas para los salteños.
La controversia sobre el alambrado fronterizo y las tensiones entre ambos países ponen en relieve la complejidad del manejo de fronteras compartidas y la necesidad de un diálogo constante para buscar soluciones pacíficas a las diferencias.
