La eliminación de los precios máximos para las garrafas de gas licuado de petróleo (GLP) por parte del Gobierno nacional ha desencadenado un alza vertiginosa en el costo de este combustible esencial en la provincia de Salta.
Esta medida afecta directamente a los envases de 10, 12 y 15 kilogramos, impactando severamente a las familias que dependen de esta fuente energética para cocinar, cifra que se estima en el 65% del total en Salta.
César Segura, director general de Programas de la Secretaría de Participación Ciudadana, ha señalado con preocupación que el precio de una garrafa de 10 kilos en los barrios ya supera los 20 mil pesos, llegando incluso a alcanzar los 30 mil en algunos sectores.
Esta escalada inflacionaria genera un impacto emocional significativo en los hogares salteños, quienes se ven obligados a priorizar necesidades básicas frente al aumento del costo de vida.
Si bien la garrafa social se mantiene vigente con un valor de 17 mil pesos, la brecha entre este precio y el del mercado libre es considerable, evidenciando las dificultades que enfrentan muchas familias para acceder a este beneficio.
Segura ha alertado que esta situación podría agravarse en los próximos meses, anticipando nuevos aumentos en el precio de las garrafas que generarán una presión aún mayor sobre la economía familiar.
La dependencia de la GLP en Salta se debe a diversos factores, entre ellos la ubicación geográfica y la falta de acceso a otras fuentes energéticas alternativas.
Esta situación exige una respuesta urgente por parte del Gobierno provincial para mitigar el impacto de esta crisis energética en la población, especialmente en los sectores más vulnerables.