Las estimaciones recientes de los servicios de Inteligencia británicos revelan un costo significativo para Corea del Norte en su participación en el conflicto bélico en la región rusa de Kursk.
Según estas fuentes, cerca de 4.000 soldados norcoreanos han perdido la vida desde su despliegue en agosto pasado, lo que equivale a más de un tercio de las aproximadamente 11.000 tropas desplegadas en la zona.
Estas altas cifras de bajas han erosionado sustancialmente la capacidad de Corea del Norte para llevar a cabo operaciones ofensivas efectivas, señaló un portavoz del Ministerio de Defensa británico a través de una publicación en X. Las pérdidas, que incluyen aproximadamente 1.000 muertes en combate, representan un golpe considerable para las fuerzas norcoreanas y han afectado su desempeño militar en la región.
A pesar de los esfuerzos conjuntos con tropas rusas, el avance en Kursk ha sido limitado, evidenciando dificultades de interoperabilidad entre ambas fuerzas.
Las barreras lingüísticas y las diferencias en las estructuras de mando y control probablemente están dificultando la coordinación efectiva, explicó un experto militar anónimo.
La situación se complica aún más con la confirmación del Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur, que indica que Pyongyang está acelerando los preparativos para aumentar su presencia militar en Kursk debido a las significativas bajas y capturas realizadas por las tropas ucranianas.