A pesar del aparente cese de las hostilidades, la realidad en Gaza sigue siendo una pesadilla para sus habitantes.
En los últimos días, el conflicto se ha teñido de un nuevo dolor con la muerte de ocho palestinos desde que entró en vigor el alto el fuego el pasado domingo.
Dos más han sido víctimas fatales de un ataque israelí en Rafah, ciudad ubicada al sur del enclave, según fuentes locales.
Las fuerzas identificaron a un pistolero que se encontraba en un edificio y representaba una amenaza para los soldados, justificó el Ejército israelí, asegurando haber actuado dentro de los términos del acuerdo de alto el fuego.
La agencia palestina de noticias Wafa informa que las víctimas eran civiles, lo que añade otra capa a la complejidad del conflicto.
La situación se agrava con el testimonio de testigos que relatan la fragilidad de la tregua.Vimos cómo un grupo de hombres armados fue atacado por un dron mientras buscaban entre los escombros, cuenta un residente de Rafah, mostrando su impotencia ante la violencia que continúa azotando a su comunidad.
Estas muertes no se limitan a Rafah.El miércoles, otro palestino fue abatido en el barrio de Shaboura por un ataque con drones, lo que llevó a las fuerzas armadas israelíes a afirmar que el fallecido era un miliciano.
La versión oficial del gobierno palestino contrasta con este relato, denunciando una ejecución extrajudicial.
La escalada de tensión se refleja en las cifras: desde el inicio de la ofensiva israelí hace 15 meses, 47.283 palestinos han muerto y otros 111.472 han resultado heridos por disparos del Ejército israelí.