El caso de Rosmary Aramayo Torres, víctima del primer femicidio registrado este año en Salta, ha conmocionado a la comunidad y ha generado una profunda búsqueda por justicia.
El fiscal penal de Salvador Mazza, Jorge Armando Cazón, derivó la causa a la Unidad de Graves Atentados contra las Personas (UGAP) tras la declaración ampliada del imputado, José Miranda, pareja de la víctima.
Miranda inicialmente aseguró que Aramayo Torres había decidido no regresar de Bolivia por voluntad propia.
Contradicciones en su relato y pruebas obtenidas durante la investigación llevaron a su detención e imputación.
En su última declaración, el acusado relató que un desborde de tierra provocó la caída de Aramayo Torres al río Pozo La Yegua el pasado 17 de enero.
Afirmó no poder ingresar al agua debido a su incapacidad para nadar y esperar en la orilla por su pareja, quien nunca emergió.
La situación es muy violenta y la descripción que dio Miranda está llena de contradicciones, señaló Isabel Soria, referente de la Fundación Volviendo a Casa.
Desde el primer momento se esperó lo peor tras conocer sus declaraciones. Soria cuestionó la versión del imputado sobre la caída al río, recordando que su reacción fue dormir la siesta luego de presenciar un evento tan grave.
La búsqueda por el cuerpo de Aramayo Torres se centra en las aguas del río Pozo La Yegua, donde Miranda señaló que ocurrió la tragedia.
Bomberos, policía, la lacustre del Bermejo y la división canes participan en la operación, junto a familiares y amigos.
Las familias de la víctima viajaron desde Tarija para apoyar la investigación.
No me miró a los ojos y cuando le pedí que me diga dónde está, no me contestó nada, expresó Alejandra Torres, madre de Rosmary, con profunda tristeza.
Estoy segura que José Miranda es el culpable.
El caso ha generado un gran impacto en la comunidad salteña, con marchas y protestas pidiendo justicia por Aramayo Torres.
La investigación continúa para esclarecer los hechos y lograr la verdad detrás de este trágico femicidio.
