La creciente inseguridad en el centro comercial de Salta ha generado alarma entre los comerciantes, quienes denuncian una escalada de actos violentos perpetrados por personas en situación de calle y con problemas de adicción.
Carol Ramos, presidenta de la Cámara de Comerciantes Unidos, asegura que la situación se ha intensificado desde noviembre del año pasado, especialmente por el accionar de individuos conocidos como piperas.
Según Ramos, las amenazas, agresiones y hechos de violencia son ahora una realidad cotidiana en el centro de la ciudad.
Mi hija estaba atendiendo en nuestro negocio cuando una pipera entró y la amenazó con una botella rota, exigiéndole dinero.
Estaba aterrada, relata Ramos, quien describe cómo estas personas se apoderan del espacio público generando temor entre los trabajadores y sus familias.
En otra ocasión, esta misma persona tomó un cuchillo de 40 centímetros para exigirle a mi hija que le trajese sandwiches y plata.
Si no lo hacían, amenazaba con matarla, continúa la dirigente.Ramos destaca que estos casos no son aislados, sino que se han multiplicado en las últimas semanas.
Rompen botellas, insultan y agreden si no les dan dinero.Es un problema que venimos padeciendo y denunciando hace tiempo, pero la fiscalía sigue liberándolas cada vez que la policía las detiene, afirma Ramos con angustia.
La comerciante detalla cómo la situación afecta a toda la comunidad comercial del centro, con episodios violentos en aumento.
Un ejemplo es el relato de una mujer que fue amenazada frente a su local y luego se le cruzó a un automovilista subiendo al capot para exigirle dinero.
Esto no puede seguir así.Estamos cansados de vivir con miedo, expresa con preocupación.
A pesar del rápido actuar de la policía, la situación persiste debido a la falta de acción judicial.
La policía detiene a estas personas, pero cuando llegan a la fiscalía, las sueltan.No hay consecuencias, y cada día es más peligroso.
La Justicia debe actuar de manera urgente; si no esto va a terminar en una tragedia y cuando esto ocurra, serán ellos los máximos responsables, exclama Ramos con contundencia.
Ramos también señala que los comerciantes se sienten desamparados por las autoridades.Pagamos impuestos, generamos trabajo y nos levantamos cada día para sacar adelante nuestros negocios, pero vivimos en constante temor.
No es justo que tengamos que enfrentarnos a esta inseguridad porque las autoridades no hacen su parte, enfatiza.
La Cámara de Comerciantes Unidos representa a una amplia gama de negocios: bares, locales gastronómicos y empresas multirrubro.
Todos ellos sufren los efectos de la misma problemática.Hace 27 años que trabajo en Mendoza al 600, y nunca viví algo así.
Hoy tengo miedo, no solo por mí, sino por mi hija y mi familia.Si no se toman medidas, en cualquier momento va a pasar algo grave, advierte con preocupación.
Ramos deja un mensaje claro para las autoridades y la Justicia: Necesitamos que tomen medidas reales.
Esto no puede ser solo responsabilidad de la policía.Los fiscales deben actuar y no soltar a estas personas.
No queremos que esta situación termine en una tragedia.
Finalmente, la dirigente expresa la importancia de abordar esta problemática desde una perspectiva integral.
No es solo un tema de seguridad, hay un problema social detrás.Pero mientras tanto, necesitamos respuestas inmediatas.
Los comerciantes no podemos seguir siendo rehenes de esta situación, concluye.
La problemática de las personas en situación de calle y con consumo problemático de drogas no es nueva en Salta, pero según los comerciantes, la situación empeoró en los últimos meses.
Los incidentes violentos, sumados a la falta de medidas concretas, generan preocupación y descontento en un sector clave para la economía local que necesita una solución inmediata.