Trece activistas, pertenecientes a Greenpeace y otros grupos de la sociedad civil, bloquearon el acceso a delegados durante la apertura del evento.
La protesta busca llamar la atención sobre la responsabilidad que las élites contaminantes tienen en la crisis climática y social global.
Greenpeace argumenta que los recursos para combatir estas crisis existen, pero se encuentran concentrados en manos de una minoría.
Es indignante que la élite poderosa se reúna en Davos para debatir los desafíos globales mientras el mundo arde y las personas luchan por satisfacer sus necesidades básicas y enfrentar los impactos climáticos cada vez más graves, declaró Clara Thompson, portavoz de Greenpeace en Davos.
La ONG ha calificado como un paso fundamental la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Internacional en Materia Fiscal, que se negocia hasta 2027.
Necesitamos una tributación justa sobre los ingresos y la riqueza de los individuos ultra ricos, afirma Thompson, quien añade que no falta dinero para abordar las crisis climática, ambiental y social; simplemente está en los bolsillos equivocados, y es hora de que las élites contaminantes y ricas paguen.
Un nuevo cálculo fiscal de Greenpeace revela que se podrían recaudar 185.000 millones de euros gravando la riqueza de los súper ricos solo en Europa.
La organización insta a los gobiernos a asumir un liderazgo proactivo en la reforma de las normas fiscales globales, especialmente en el año 2025, momento crucial para asegurar un futuro sostenible y equitativo.