Argentina: entre las rutas aéreas más turbulentas del mundo

La experiencia de volar puede ser intimidante para muchos, especialmente cuando se trata de vuelos con turbulencias.

Un reciente estudio internacional ha puesto de manifiesto la alta frecuencia de este fenómeno en algunas rutas aéreas argentinas, posicionándolas entre las más turbulentas del mundo.

La plataforma Turbli, experta en el análisis de turbulencia aérea, publicó su ranking anual basado en datos recopilados por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos y la Oficina Meteorológica del Reino Unido.

Este estudio analizó cerca de 10.000 rutas que conectan más de 550 aeropuertos a nivel global, clasificándolas según un índice de disipación de remolinos EDR, que mide la intensidad de las turbulencias.

El resultado fue revelador: cinco rutas aéreas con ciudades argentinas figuran dentro del top ten mundial de mayor turbulencia.

La ruta entre el Aeropuerto Internacional El Plumerillo (Mendoza) y el Aeropuerto Internacional General Martín Miguel de Güemes (Salta) ocupa el tercer lugar en el ranking global, con un índice promedio de 19,825 puntos.

Aunque este vuelo no atraviesa directamente la Cordillera de los Andes, las fuertes corrientes de viento generadas en sus proximidades afectan significativamente la estabilidad de los aviones durante el trayecto de 940 kilómetros, que se desarrolla casi paralela a la cadena montañosa.

El primer lugar del ranking lo ocupa la ruta entre Mendoza y Santiago de Chile, con un índice promedio de 24,684 puntos.

Este corto vuelo de 196 kilómetros debe atravesar la Cordillera de los Andes en una de sus zonas más altas, presentando un constante desafío para pilotos y pasajeros.

Otras rutas argentinas que también se encuentran entre las más turbulentas del mundo son: Mendoza-Bariloche (cuarto lugar) y Bariloche-Santiago de Chile (décimo lugar).

En el contexto latinoamericano, Argentina ocupa un papel destacado con seis rutas en el top 10 regional, lo que refuerza la influencia de su geografía como factor determinante en la frecuencia de turbulencias.

La orografía de la región, marcada por la presencia de los Andes y las corrientes en chorro, aumenta la probabilidad de turbulencias en vuelos que cruzan o bordean estas zonas montañosas, explica un experto en meteorología.

Este fenómeno no solo afecta a los pasajeros, quienes pueden experimentar molestias e incluso miedo durante el vuelo, sino también a la seguridad aérea.