El acuerdo de alto el fuego anunciado por Qatar, Egipto y Estados Unidos, que buscaba poner fin a la prolongada escalada de violencia entre Israel y Hamás, se encuentra en suspenso.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusa al grupo palestino de intentar modificar detalles cruciales del acuerdo a última hora, alegando que pretenden dictar quiénes serán los presos liberados en el intercambio por rehenes.
Hamás está intentando crear una crisis de último minuto extorsionando concesiones, declaró la oficina de Netanyahu, señalando que Israel no aprobará el alto el fuego hasta que se resuelvan las discrepancias.
El gabinete israelí, que debía reunirse para dar luz verde al acuerdo, ha pospuesto su encuentro indefinidamente.
La tensión se centra en la liberación de presos palestinos considerados asesinos en masa y símbolos del terror por parte de Israel.
Hamás reclama dictar la identidad de estos asesinos, afirmó la oficina de Netanyahu, quien reiteró que Israel vetará la libertad de aquellos individuos que representan una amenaza para su seguridad.
Por otro lado, Hamás sostiene estar comprometido con el acuerdo y niega las acusaciones de Netanyahu.
No sé a qué se refiere Netanyahu sobre nuevas demandas, declaró Basem Naim, miembro del buró político de Hamás a EFE.
El acuerdo de alto el fuego, dividido en tres fases, buscaba inicialmente un cese de hostilidades, la retirada de tropas israelíes y el intercambio de 33 rehenes por presos palestinos.
La segunda fase prevé la distribución de ayuda humanitaria en Gaza, devastada tras meses de conflicto.
Las discrepancias sobre la liberación de presos, especialmente aquellos considerados asesinos en masa, amenazan con derribar el frágil equilibrio alcanzado.
El partido Sionismo Religioso, liderado por Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y colono ultraderechista, ha expresado su oposición al acuerdo, calificándolo de rendición ante Hamás.
La incertidumbre sobre la implementación del alto el fuego genera una profunda preocupación en ambos bandos.
Mientras que Israel teme un resurgimiento de la violencia y la amenaza constante por parte de Hamás, los palestinos viven con la angustia de la prolongada guerra y la escasez de recursos básicos.
La vida de miles de personas pende de un hilo en esta delicada situación, donde la esperanza de paz se tambalea ante las exigencias y los intereses divergentes.