La última rueda de prensa del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se vio interrumpida y marcada por incidentes violentos cuando dos periodistas fueron expulsados por acusarle de genocidio.
El evento, que buscaba analizar la diplomacia estadounidense en los últimos cuatro años, fue eclipsado por las tensiones sobre el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás.
Durante la comparecencia, Max Blumenthal, editor del medio The Grayzone, comenzó a interrumpir al secretario con acusaciones sobre su postura respecto a la situación en Gaza.
Su legado es un genocidio, gritaba Blumenthal mientras era escoltado fuera de la sala por el equipo de prensa del Departamento de Estado.
Minutos después, Sam Husseini, otro periodista presente en la rueda de prensa, también interrumpió al secretario con preguntas sobre el cumplimiento de los Acuerdos de Ginebra para el Pueblo Palestino.
Al no recibir la respuesta esperada, acusó a Blinken de genocida y fue retirado por seguridad del Departamento.
Por qué no estás en el Tribunal de la Haya?, gritaba Husseini mientras era desalojado.
Estos incidentes marcan un segundo incidente de este tipo en solo 72 horas.
El martes pasado, activistas pro-palestinos interrumpieron otra rueda de prensa de Blinken con similares acusaciones.
Estas acciones evidencian la profunda polarización que rodea la situación en Gaza y el impacto emocional que tiene el conflicto en diferentes sectores de la sociedad.
Es necesario un diálogo constructivo para encontrar soluciones pacíficas a este conflicto, afirma un experto en relaciones internacionales, quien prefiere mantenerse anónimo.
La escalada de tensiones y las acusaciones mutuas no contribuyen a la búsqueda de una solución justa y duradera.