La Cocina callejera salteña: precios fijos en medio de la incertidumbre económica

En el corazón gastronómico de Salta, la venta de comida en la calle presenta un panorama peculiar: los precios mantienen una estabilidad inusual a pesar del aumento generalizado de los costos.

Un fenómeno que se observa particularmente en la avenida Roberto Romero, donde los puestos ofrecen desde empanadas hasta platos completos a valores accesibles para todos los bolsillos.

Luis Quintos, vendedor empanero en esa zona, asegura que la venta está tranquila, no sube ni baja.

Si bien reconoce la calma en las ventas post-fiestas, señala el valor accesible de su producto: una docena de empanadas se comercializa entre 6 y 9 mil pesos.

En un contexto económico complejo, donde los costos de producción han aumentado hasta en un 20%, tanto Quintos como Santiago, encargado del emprendimiento Don Osvaldo, mantienen sus precios fijos.

Es la línea delgada de subir el precio sin perder clientes, explica Santiago.

A pesar de los desafíos, el sector gastronómico callejero se muestra resiliente.

La Bicho, Nelly Alpire y su hijo Esteban, ofrecen el popular pollo escondido a 15 mil pesos por porción, suficiente para cuatro personas y que incluye papas fritas, arroz y varias salsas.

Su secreto reside en mantener un precio estable desde octubre del año anterior.
La clave del éxito de estos emprendimientos reside en la variedad de opciones, precios accesibles y una estrategia comercial ágil: entregas a domicilio gratis y múltiples formas de pago.

Tenemos clientes de toda la ciudad, asegura La Bicho, quien destaca la importancia de ofrecer calidad al mejor precio.

Más allá del impacto económico, la gastronomía callejera representa un pilar fundamental para muchas familias que encuentran en estos comercios una salida laboral rápida en tiempos difíciles.

Son negocios que no solo ofrecen comida, sino también un espacio de encuentro y tradición cultural para los salteños.