El Tribunal Supremo (TS) investiga al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la presunta filtración de correos electrónicos relacionados con Alberto González Amador, pareja de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
En este contexto, Salvador Viada, fiscal del TS y testigo en la causa, ratificó ante el juez Ángel Hurtado que vio al fiscal general revisando un móvil con su número dos, Ángeles Sánchez Conde, el mismo día en que la Guardia Civil registró el despacho de García Ortiz.
Viada declaró a petición de la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF), de la que fue portavoz, y respondió las preguntas del juez, la Fiscalía, la acusación popular ejercida por González Amador y otras entidades involucradas.
En un momento puntual vi a la fiscal del asunto con el fiscal general de Estado, pues consultando un teléfono, declaró Viada.
Entonces, a mí me llamó la atención el contexto, más que el hecho mismo, porque eso no tiene ninguna importancia.
Viada enfatizó que no pudo determinar el contenido de la conversación ni la identidad del propietario del móvil, pero recalcó que un fiscal no habla con el investigado en medio de una diligencia.
Eso es lo que nos han enseñado siempre.También lo dice el código ético.Y ese es el tema.
La APIF había solicitado las grabaciones de las cámaras de seguridad de la Fiscalía General del Estado (FGE), pero se aclaró que no existen dispositivos de este tipo en la sede del Ministerio Público, por lo que la solicitud fue denegada.
El acta levantada durante el registro realizado a García Ortiz evidenciaba que el encuentro descrito por Viada ocurrió después de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil hubiera copiado el contenido íntegro del móvil del fiscal general.
Las declaraciones de Viada han generado un nuevo punto de tensión en la causa, mientras se espera la decisión final del juez sobre la imputación de García Ortiz y Pilar Rodríguez, fiscal provincial de Madrid, por presunto delito de revelación de secretos.