El ministro de energía de Ucrania, Herman Galushchenko, ha advertido sobre un nuevo ataque ruso masivo contra el sistema energético del país.

En un comunicado publicado en Facebook, Galushchenko ha destacado que los trabajadores del sector han tomado medidas para minimizar las consecuencias negativas para la red eléctrica.

Tan pronto como la situación lo permita, se evaluarán los daños sufridos por las infraestructuras energéticas ucranianas como resultado de este ataque, añade el ministro.

Este ataque se suma a una serie de ofensivas rusas contra la infraestructura energética ucraniana que comenzaron en marzo.

Estas acciones han provocado la destrucción o daño de numerosas centrales eléctricas y subestaciones, obligando al gobierno ucraniano a implementar cortes programados de electricidad para intentar equilibrar la demanda y el suministro.

La fuerza aérea ucraniana ha confirmado la llegada de múltiples misiles y drones dirigidos contra objetivos en varias regiones del país.

Las autoridades rusas también han reportado derribos de 23 drones ucranianos de ala fija en cinco regiones diferentes durante la noche anterior.

No obstante, no se han reportado víctimas ni daños materiales como consecuencia de estos incidentes.

En respuesta a estos ataques, Polonia ha intensificado sus medidas de seguridad en su espacio aéreo.

El Comando Operacional de las Fuerzas Armadas polacas (COD) ha activado todas las fuerzas disponibles y ha aumentado la intensidad de las misiones de patrulla aérea.

Se han iniciado operaciones de vigilancia en nuestro espacio aéreo, incluyendo el despliegue de varias patrullas de cazas y sistemas de defensa aérea terrestre, así como estaciones de radar, señalaron las autoridades polacas en un comunicado oficial.

Esta medida preventiva se debe a la preocupación por posibles ataques rusos que podrían extenderse al territorio polaco, como ocurrió en noviembre de 2022, cuando un ataque ruso causó dos víctimas mortales en el país vecino.

Las tensiones entre Ucrania y Rusia siguen aumentando, con las infraestructuras energéticas ucranianas convirtiéndose en blanco estratégico para Moscú.

La situación genera preocupación internacional por la posibilidad de que el conflicto se extienda a otros países.