La concentración de riqueza en pocas manos ha sido un tema recurrente a lo largo de la historia, pero en las últimas décadas se ha convertido en una problemática aún más acuciante.

Guido Alfani, profesor de Historia Económica de la Universidad Bocconi de Milán, aborda esta realidad en su reciente libro Como dioses entre los hombres: una historia de los ricos en occidente, donde analiza por primera vez de manera sistemática la figura del rico como colectivo y sus implicaciones para la sociedad.

Alfani destaca que la riqueza heredada, a diferencia de la acumulada mediante esfuerzo personal, no se basa en mérito ni genera valor agregado.

Si tenemos una sociedad en la que una parte muy grande de la riqueza es simplemente heredada, no podemos decir que sea merecida, afirma el experto.

Esta desigualdad, lejos de impulsar el crecimiento económico como algunos argumentan, puede ser incluso perjudicial para el desarrollo de un sistema democrático.

El estudio del profesor revela que la relación entre política y riqueza ha sido una constante a lo largo de la historia, pero que en la actualidad esta conexión se ha intensificado.

La riqueza hoy es mucho más resiliente a todo tipo de crisis y esto es un problema, explica Alfani, quien considera crucial que los ricos contribuyan de manera justa durante tiempos de dificultad, como ocurrió con las guerras mundiales o la Gran Depresión.

Sospecho que la riqueza, y la gran riqueza en particular, tiene una capacidad mucho más grande de influenciar la política que en el siglo XX, advierte.

Para Alfani, la imposición sobre las herencias es una herramienta fundamental para combatir la concentración de la riqueza y promover la igualdad de oportunidades.

Introducir impuestos a las herencias suele ser impopular, reconoce, pero el problema no es que sea una imposición sobre las personas, sino sobre los bienes que heredan.

La lógica de este impuesto reside en asegurar un sistema donde todos los jóvenes puedan competir en condiciones equitativas, evitando así la perpetración del poder económico heredado.

La concentración de riqueza en manos de unos pocos plantea una amenaza para el equilibrio social y la sostenibilidad de las democracias.

Es necesario encontrar mecanismos efectivos para abordar esta problemática, como la reforma fiscal y la promoción de políticas que fomenten la igualdad de oportunidades.