La UE da paso al acuerdo comercial con Mercosur, pero la discordia agrícola amenaza su futuro

El panorama político europeo se ha visto agitado por el anuncio de la Unión Europea de dar un paso clave hacia la firma del acuerdo comercial con el bloque Mercosur.

Aunque este avance representa una oportunidad para fortalecer las relaciones comerciales entre ambas regiones y generar beneficios económicos estimados en 4.000 millones de euros anuales, la decisión se enfrenta a una fuerte oposición por parte del sector agrícola europeo.

No aceptaremos un acuerdo con Mercosur que haga la vista gorda ante las principales preocupaciones de los agricultores y ganaderos sobre la divergencia de las normas de producción, declara COPACogeca, entidad representativa del sector agrario español, expresando una postura compartida por muchos colegas en Europa.

La principal preocupación radica en la disparidad entre las normas de producción aplicadas en ambos bloques.

Los agricultores europeos denuncian que los países del Mercosur no se sujetan a las mismas estrictas regulaciones en materia de productos fitosanitarios, bienestar animal y prácticas sostenibles.

Las normas son más laxas en el otro lado del océano, puntualizan desde Asaja, una organización agraria española, destacando la falta de ambición y compromiso del Mercosur para cumplir con convenios internacionales sobre sostenibilidad ambiental.

Este conflicto se ha materializado en protestas masivas en Bruselas, donde agricultores europeos han reclamado mayor protección para un sector que consideran estratégico.

Massimiliano Giansanti, presidente de Copa, ya había alertado semanas atrás sobre la preocupación generada por el acuerdo, argumentando que este podría tener consecuencias negativas para la agricultura europea.

Francia, país que anteriormente vetó el acuerdo en 2019, se ha mostrado nuevamente como un actor clave en esta controversia.

Emmanuel Macron, bajo una coyuntura política compleja, busca aliados en el Consejo Europeo para bloquear de nuevo el pacto.

Polonia se suma a esta postura crítica, mientras la posición de Italia, con menor interés en este asunto hasta la fecha, se torna determinante para definir el futuro del acuerdo.

La Comisión Europea insiste en que el acuerdo UEMercosur permitirá un ahorro significativo en aranceles y promoverá inversiones, intercambio de información y homologación de condiciones comerciales.

La oposición del sector agrícola europeo, junto con los esfuerzos de Francia por bloquear el pacto, plantean una incógnita sobre la viabilidad final del acuerdo.

La decisión final recaerá en la aprobación por parte de todos los Estados miembros de la UE, así como en la ratificación del Parlamento Europeo y el consenso de Mercosur.