En Salta, la historia de Blanca, una niña de nueve años, ha conmocionado a la comunidad al entrelazar la realidad médica con lo inexplicable.
Su repentino cambio de personalidad, acompañado de fiebre, vómitos y comportamientos desconcertantes, dejó a los médicos sin respuestas a pesar de exhaustivos análisis.
Era otra persona, recuerda una tía de Blanca, describiendo cómo la niña alegre y extrovertida se transformó en un ser irascible e agresivo.
Los episodios de trance, las frases profanas y los insultos dirigidos a su madre desbordaban el ámbito familiar y confundían al personal médico.
La desesperación de los padres se intensificó con cada día que pasaba sin avances médicos.Una médica del Hospital Materno Infantil, testigo directo de la situación, expresó su preocupación: Esta niña está poseída.
Fue ella quien finalmente sugirió buscar ayuda espiritual, un camino que la familia decidió tomar tras cuatro días de incertidumbre.
El Arzobispado de la Catedral los contactó con el padre Loyola Pinto, reconocido exorcista en Salta.
Con el consentimiento de la familia, el ritual se llevó a cabo en la habitación de Blanca.Los presentes aseguran haber visto un cambio radical: la niña dejó de convulsionar, su fiebre desapareció y recuperó el conocimiento.
Nunca creímos que algo así pudiera pasarnos, relata una tía de la menor, expresando la incredulidad que aún impregna su historia.
La familia atribuye el episodio a una presencia espiritual que habría ingresado en Blanca durante el velorio de un tío.
La recuperación de Blanca es absoluta.Los estudios médicos confirman su completa sanación.Su caso ha generado debate y reflexión sobre la naturaleza del mal, el poder de la fe y la complejidad de la condición humana.
En La Merced, Blanca volvió a ser la niña alegre que encantaba a sus familiares con canciones.
Su historia se convierte en un testimonio de esperanza donde lo médico y lo espiritual se unen para devolverle la sonrisa a una niña.