En un intenso desarrollo del juicio por el asesinato de Darío Monges, el fiscal Eduardo Villalba reiteró la acusación contra Roberto, David y Santiago Bejarano, argumentando que las pruebas presentadas son contundentes e indiscutibles.
Villalba defendió cada elemento del caso, desde las pericias genéticas hasta los registros de cámaras de seguridad y conexiones móviles, sosteniendo que estos apuntan directamente hacia la culpabilidad de los Bejarano.
Las pruebas no solo demuestran su presencia en el lugar, sino que también establecen una secuencia cronológica que conecta a los hermanos con el homicidio, afirmó Villalba.
La fiscal Mariana Cremaschi añadió detalles cruciales sobre las pruebas forenses. Según sus explicaciones, análisis genéticos realizados en la camisa de Monges revelaron ADN tanto de la víctima como de un individuo no identificado.
Este perfil minoritario no significa la presencia de terceros personas involucradas, aclaró Cremaschi, simplemente no pudimos determinar su identidad.
El fiscal se refirió a las denuncias sobre posibles influencias de personas con poder en el caso, específicamente mencionando a Benjamín Cruz, ex secretario de Seguridad; Diego Aquino y Alejandro Díaz.
Villalba afirmó que estas acusaciones fueron investigadas exhaustivamente, sin encontrar evidencia de interferencia en la investigación.
La búsqueda de justicia para Darío Monges no se verá afectada por especulaciones o intentos de desvirtuar el caso, puntualizó.
El juicio ha generado un gran impacto emocional en la sociedad.La familia de Darío Monges espera que el tribunal emita un veredicto justo que les brinde algo de paz y cierre.
Queremos que los culpables sean condenados por este crimen tan brutal y que se haga justicia por Darío, declaró un familiar de la víctima, con visible dolor.
Mientras tanto, el juicio continúa su curso en un ambiente tenso, con todas las partes involucradas esperando ansiosamente el veredicto final.