El Departamento de Justicia estadounidense ha presentado una acusación formal contra dos exoficiales de inteligencia del régimen sirio de Bachar al Asad: Jamil Hassan, de 72 años, y Abdul Salam Mahmoud, de 65.
Ambos están acusados de participar en una conspiración para llevar a cabo tratos crueles e inhumanos contra civiles arrestados en centros de detención del aeropuerto militar de Mezzeh, cerca de Damasco.
Los autores de las atrocidades del régimen de Al Asad contra ciudadanos estadounidenses y otros civiles durante la guerra civil siria deben responder por sus atroces crímenes, declaró el fiscal general estadounidense, Merrick B. Garland, en un comunicado.
La acusación surge después de años de denuncias sobre los brutales métodos empleados por el régimen para reprimir la oposición.
Según la acusación, Hassan, exdirector de inteligencia de la Fuerza Aérea Siria, supervisaba una red de centros de detención, incluyendo la prisión de Mezzeh, donde civiles considerados opositores al régimen eran sometidos a torturas sistemáticas.
Mahmoud, general de brigada de inteligencia, dirigía las operaciones en esta prisión.
El Departamento de Justicia alega que los acusados conspiraron para crear un ambiente de terror dentro de Mezzeh, obligando a los detenidos a escuchar los gritos de otros torturados y compartir celdas con cadáveres.
Los guardias amenazaban con matar y agredir sexualmente a sus familiares, buscando así infundir miedo y someter a la población civil.
La vicefiscal general Lisa Monaco afirmó que a pesar del colapso del régimen de Al Asad, el compromiso de Estados Unidos para buscar justicia para las víctimas de estos crímenes sigue siendo firme.
Si son declarados culpables, Hassan y Mahmoud enfrentan una pena máxima de cadena perpetua.
Las acusaciones contra estos altos cargos representan un paso importante en la lucha por la rendición de cuentas por los horrores cometidos durante el conflicto sirio, que ha dejado cientos de miles de muertos y millones de desplazados.