Un nuevo capítulo se abre en la historia energética argentina con el anuncio del inicio del envío de gas proveniente del yacimiento no convencional Vaca Muerta hacia Brasil, un hito que promete transformar el panorama económico regional.
El acuerdo, firmado en noviembre pasado por los ministros de energía de Argentina y Brasil, Luis Caputo y Alexander Silveira respectivamente, establece la senda para que a partir de mediados de 2025 lleguen los primeros dos millones de metros cúbicos diarios al gigante sudamericano.
Esta iniciativa, con una proyección futura de llegar hasta los 30 millones de metros cúbicos diarios, busca abastecer una de las cinco regiones que componen Brasil.
El gas argentino recorrerá un trayecto aproximado de 4 mil kilómetros a través del recientemente reactivado gasoducto norte argentino y el Gasbol, conectando territorio boliviano con el sur brasileño (Paraná, Río Grande do Sul y Santa Catarina).
Bolivia tiene los gasoductos para realizar ese transporte, pero en sentido contrario al actual.Uno de los mayores problemas de Vaca Muerta es el transporte y Bolivia tiene una de las llaves para la solución, afirmó Armin Dorgathen, presidente ejecutivo de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), durante una reunión multilateral celebrada en Santa Cruz de la Sierra.
Para especialistas, la utilización de la infraestructura existente representa una alternativa estratégica frente a otras opciones que se están explorando.
El aprovechamiento de esta infraestructura es vista como la mejor opción frente a otras alternativas, señalan fuentes del sector energético.
Esta apertura al mercado brasileño abre un panorama prometedor para Argentina.Brasil podría ser la puerta de entrada para que nuestro país se convierta en un exportador firme del fluido, indica un experto.
El éxito del proyecto dependerá, entre otros factores, de las inversiones necesarias y el consenso entre los tres países involucrados.
Argentina, con Vaca Muerta como su principal activo energético, alberga la segunda reserva no convencional de gas natural del mundo y la cuarta de petróleo.
Este acuerdo consolida a Argentina como un actor relevante en el mercado energético global, abriendo nuevas oportunidades para el desarrollo económico del país.