La búsqueda de restos del cuerpo de María Cash, desaparecida desde el pasado mes de octubre, ha llegado a un punto muerto.
Tras una semana de exhaustivos rastrillajes en la ruta 16 y la zona cercana a la Difunta Correa en General Güemes, los equipos de búsqueda no encontraron ningún indicio que arroje luz sobre el paradero de la joven.
La decisión de suspender temporalmente las operaciones fue tomada luego de una evaluación conjunta por parte del fiscal Eduardo Villalba, quien ordenó los rastrillajes tras la imputación y prisión domiciliaria del camionero Héctor Romero, único sospechoso hasta el momento.
La jueza Mariela Giménez autorizó inicialmente tres días de búsqueda, que finalizaron sin resultados positivos a pesar de las intensas labores realizadas en un sector que abarca desde Joaquín V. González hasta General Güemes.
En medio de la incertidumbre, una falsa alarma se desató la semana anterior con el hallazgo de restos óseos cerca de una laguna.
Las autoridades confirmaron posteriormente que los restos pertenecían a animales, posiblemente vacunos o equinos, descartando así la posibilidad de que se tratara de María.
Si bien Romero no hizo referencia alguna al paradero de Cash en su declaración, las sospechas surgieron tras el análisis de los rebotes de antenas celulares, que mostraron que el teléfono del camionero estuvo detenido en algunos puntos específicos durante el tiempo que se cree que la joven fue secuestrada.
Las pistas obtenidas a través de las señales de celulares nos llevaron a concentrar la búsqueda en esa zona, explicó un portavoz del fiscal Villalba.
A pesar de la falta de resultados positivos, no descartamos ninguna hipótesis y continuaremos trabajando para esclarecer este caso.
La suspensión de los rastrillajes ha generado una profunda sensación de angustia entre familiares y amigos de María Cash, quienes siguen esperando con desesperanza noticias sobre su paradero.