El gigante asiático ha anunciado nuevas restricciones en la exportación de galio y germanio, dos metales esenciales para la fabricación de semiconductores, a Estados Unidos.
Esta medida se suma a una serie de acciones similares implementadas por Pekín en los últimos meses, incluyendo la prohibición de exportar tecnología para la producción de imanes de tierras raras.
China ostenta el liderazgo mundial en la producción de galio y germanio, controlando más del 95% y el 67%, respectivamente, del mercado global.
La decisión se enmarcaría dentro de una estrategia china para proteger sus intereses nacionales e impulsar su desarrollo tecnológico autónomo.
Un portavoz del Ministerio chino ha argumentado que Estados Unidos ha politizado conceptos como la seguridad nacional para restringir las exportaciones hacia China, incluso incluyendo empresas chinas en listas de sanciones con el objetivo de reprimirlas.
Estados Unidos ha socavado gravemente los derechos e intereses legítimos de estas empresas, así como la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales, declaró.
Esta escalada de tensiones comerciales y tecnológicas entre China y Estados Unidos tiene profundas implicaciones para la economía global.
La dependencia mundial de los semiconductores fabricados con galio y germanio chinos podría verse afectada, lo que podría generar una crisis en sectores clave como la industria tecnológica, la automoción y la energía.
Estas restricciones pueden tener un impacto significativo en el suministro global de metales esenciales para la fabricación de semiconductores, afirma , experto en economía internacional.
Es probable que se produzca una escasez y un aumento en los precios, lo que afectaría a numerosos sectores económicos.
De las restricciones sobre galio y germanio, China ha anunciado recientemente medidas similares para el antimonio, un metal utilizado en diversas industrias como la fabricación de baterías y retardantes de llama.
La situación actual representa un desafío para la cooperación internacional y podría profundizar la división entre las dos potencias mundiales.
Se espera que las próximas semanas sean cruciales para determinar cómo se abordará esta crisis y sus consecuencias para el futuro del comercio global.