Aumento de controles fronterizos genera incertidumbre en la zona norte provincial

La presencia reforzada de Gendarmería Nacional y Aduana en galpones utilizados como depósitos de cereales y zonas cercanas al Puente Internacional ha generado expectativas y preocupación entre los habitantes del norte provincial.

Virginia Cornejo, directora Nacional de Vigilancia, Control de Fronteras, Hidrovías y Centro de Monitoreo del Ministerio de Seguridad de la Nación, confirmó a este medio que el incremento en los operativos se debe a cumplir con las tareas de control y a mantener una fuerte permanencia en la zona fronteriza mediante un trabajo coordinado entre diferentes fuerzas.

José Gutiérrez, periodista local de Salvador Mazza, señaló que si bien se ha observado mayor presencia policial, los pasos ilegales no están bloqueados en su totalidad.

Destacó que los controles parecen estar concentrados en sectores cercanos al Puente Internacional, los más utilizados por la gente, lo que sugiere una intención de disuadir el flujo comercial informal.

El periodista también explicó que las recientes operaciones de control se producen en un contexto donde el cambio favorable en las condiciones para las compras impulsa el cruce de personas hacia Bolivia.

Gutiérrez observó un aumento en los tours de compras a Aguas Blancas, donde existen mayores controles, y mencionó la feria del lado boliviano de Pocitos como otro factor que incrementa el flujo de compradores.

Las expectativas en la zona son que esta situación se normalice después del 6 de enero, fecha en la que, según los lugareños, suele disminuir el movimiento comercial fronterizo.

Fuentes oficiales de Aduana señalan que no se ha registrado un aumento significativo en el cruce de personas por pasos legales.

Se presume que el comercio informal continúa operando a través de vías ilegales.

Cabe destacar que la presencia de Prefectura Naval en el río Bermejo, prometida anteriormente, aún no se ha materializado.

La situación actual recuerda a una problemática similar vivida en 2021, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad del reforzamiento de los controles.

La comunidad local, muchas veces dependiente del bagayeo para su subsistencia, enfrenta incertidumbre ante esta nueva realidad.