Desgarrador caso: Abuelo pierde su única herramienta de movilidad al ser víctima del robo

El corazón se encoge ante la historia de Miguel Chávez, un hombre de 64 años que cría solo a sus tres hijos y quien perdió su bicicleta, su único medio de transporte, al ingresar a un comedor comunitario.

La mañana comenzó como cualquier otra para Miguel, quien llegó al Soplos de Amor, ubicado en el barrio 2 de Abril del sur de Salta, para retirar comida para sus pequeños.

Dejó la bicicleta frente al ingreso y, al salir, se encontró con la amarga realidad de la pérdida.

Es lo único que tengo para movilizarme, declaró Miguel, quien lleva a sus dos hijos menores desde su hogar en el barrio Justicia hasta la escuela Provincia de Buenos Aires.

También se encarga del traslado de su hija adolescente a una institución técnica.Lloró, maldijo y se quebró; pero como es un buen hombre luego se calmó, relata Daniela Gutiérrez, referente de la organización, quien describe a Miguel como una persona querida por todos en el comedor, donde colabora limpiando y buscando leña para cocinar.

La tragedia ha generado conmoción en la comunidad, especialmente porque Miguel vive únicamente de las changas que realiza y no percibe ninguna pensión ni AUH. Apelamos a la solidaridad de los salteños, manifestó Daniela Gutiérrez, quien pide donaciones de bicicletas, estén en buen estado o necesiten arreglos, ya que Miguel es experto en reparaciones.

La situación de Miguel refleja el drama que enfrentan muchas familias vulnerables ante la precariedad económica del país.

Las organizaciones como Soplos de Amor se convierten en un faro de esperanza para ofrecer apoyo y alimento a quienes más lo necesitan, pero también se ven obligadas a buscar alternativas creativas para afrontar las dificultades.

El próximo sábado 21 de diciembre, el comedor organizará una cena especial de fin de año con la finalidad de compartir alegría y solidaridad durante estas fechas tan importantes.

Este caso nos recuerda la importancia de la empatía y la ayuda mutua en momentos difíciles, y que un gesto pequeño puede marcar una gran diferencia para quienes más lo necesitan.