Cincuenta Años de Esperas: La Sede Regional Sur de la UNSa y las Donaciones Olvidadas

La Sede Regional Sur de la Universidad Nacional de Salta, ubicada en Metán, cumplió recientemente cinco décadas de existencia, un hito que fue celebrado con poca repercusión pública.

Su creación, en 1974, estuvo envuelta en polémica debido a la competencia entre los departamentos de Rosario de la Frontera y Metán, ambos con aspiraciones para albergar la nueva sede.

La decisión final favoreció a Metán, impulsada por una intensa labor de sus comisiones promotoras, que lograron obtener valiosas donaciones de terrenos para la futura universidad.

El bioquímico José Rodríguez Alonso y el vecino Mario Poma cedieron 10 hectáreas y 8 hectáreas respectivamente, un gesto que marcó un compromiso con el desarrollo educativo del departamento.

Eran tierras fértiles para forjar al nuevo hombre americano, afirmó el entonces rector de la UNSa, Dr. Holver Martínez Borelli, justificando la elección de Metán durante la ceremonia de asunción del primer director de la Sede Sur, Dr. Arturo Espeche Funes.

La historia tomó un giro inesperado cuando, solo doce días después de la inauguración, la Universidad Nacional fue intervenida por el gobierno nacional.

El acto marcó el fin del rectorado de Martínez Borelli y, paradójicamente, también el inicio de una larga espera para la concreción de las obras en la nueva sede.

La intervención estatal supuso un freno a los proyectos universitarios, incluyendo el de Metán.Las valiosas donaciones quedaron en suspenso y, con el tiempo, algunas de ellas fueron devueltas a sus dueños o incluso usurpadas.

La Sede Sur de la UNSa se vio obligada a funcionar por décadas en un edificio precario, el antiguo policlínico ferroviario de la ciudad.

El olvido y la falta de acción por parte de las autoridades universitarias durante años generaron un profundo sentimiento de decepción entre los vecinos metanenses que habían confiado en el proyecto educativo.

La decisión se tomó con la convicción de construir una universidad para el futuro, pero la realidad fue otra, declaró un historiador local consultado por este medio.

Finalmente, tras cinco décadas de espera y olvido, la historia parece tomar un giro positivo.El diputado Sebastián Otero presentó un proyecto de ley para reparar los daños causados por la dejadez y dotar a la Sede Sur de una casa propia.

La iniciativa busca asegurar el futuro educativo de la región y honrar la memoria de quienes soñaron con una universidad en Metán.