La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses marca un hito político con implicaciones profundas tanto a nivel nacional como internacional.

Con el Congreso y el Senado bajo su control, el expresidente regresa a la Casa Blanca con una agenda ambiciosa y una visión política que promete un marcado cambio respecto al mandato demócrata de Joe Biden.

Expertos analizan con preocupación la perspectiva de una presidencia Trump más radical en esta segunda etapa.

Ángel Álvarez, director de LLYC en Bruselas, afirma que las instituciones europeas y el sector privado esperaban una continuidad bajo Kamala Harris, pero la victoria republicana introduce una incertidumbre notable.

La percepción es que esta administración no será como la primera, sino mucho más agresiva desde una perspectiva europea, advierte Álvarez, quien destaca el temor a una guerra comercial con EEUU debido al enfoque proteccionista de Trump, especialmente en relación con China.

Esta política proteccionista, según el experto, podría afectar negativamente las exportaciones europeas a Estados Unidos y generar un desequilibrio comercial que obligará a la UE a tomar medidas para fortalecer su mercado interno y aumentar su autonomía económica.

En el ámbito internacional, la OTAN también se enfrenta a una posible fragilidad con Trump al mando.

La ayuda militar estadounidense tendrá un precio para los socios europeos, declara Álvarez, quien subraya que la visión de Trump hacia la Alianza Atlántica es eminentemente transaccional, alejándose de la solidaridad tradicional.

El nuevo presidente podría priorizar a interlocutores más afines a su ideología en Europa, como Viktor Orbán, Marine Le Pen o Giorgia Meloni, dejando de lado figuras tradicionales como Ursula von der Leyen.

En el ámbito económico, Moisés Ruiz, profesor de Economía de la Universidad Europea, destaca las promesas de Trump de revitalizar el tejido industrial estadounidense mediante la reducción de impuestos y un plan de reindustrialización.

Trump ha acertado en visualizar la situación económica de muchos estadounidenses que no se beneficiaban del crecimiento macro, asegura Ruiz, quien cree que esta estrategia le permitirá consolidar su base electoral.

Las políticas de Trump podrían tener un impacto negativo en los temas ambientales.Su apoyo a industrias como la petrolera y el gas podría traducirse en una menor atención hacia la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.

Ruiz también analiza la postura de Trump sobre la migración: Aunque promete controlar la frontera con México para evitar entradas masivas, no cree que se lleven a cabo deportaciones masivas.

Adela Alija, directora del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Nebrija, señala que el discurso antiinmigrante podría ser menos radical en esta segunda etapa, pero advierte sobre un posible retroceso en los derechos sociales como el aborto o el feminismo.

Alija también resalta la influencia del woke en la opinión pública estadounidense y cómo Trump ha logrado explotar el rechazo a esta ideología para obtener votos femeninos.

Finalmente, Alija expresa su preocupación por el poder que tendrá Trump con el control del Congreso, el Senado y la influencia en el Tribunal Supremo: Podría proyectarse en una legislación más controlada y una deriva autoritaria, permitiéndole influir en las causas judiciales que le afectan.

El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca abre un nuevo capítulo en la historia estadounidense, marcado por incertidumbres políticas, económicas y sociales.

Su impacto tanto nacional como internacional será objeto de análisis e interpretación durante los próximos años.