El lanzamiento por parte de Rusia del misil balístico Oreshnik contra la ciudad ucraniana de Dnipró ha sido interpretado por los servicios de inteligencia británicos como un mensaje estratégico dirigido a Kiev y sus aliados occidentales.

Este acto, que se produce tras el uso de misiles de largo alcance por Ucrania contra territorio ruso, marca una escalada en la tensión del conflicto.

Es muy probable que este misil fuera utilizado con la intención de enviar un mensaje político, indica un comunicado del Ministerio de Defensa británico publicado en X (antes Twitter).

El uso de este sistema experimental tras el empleo de misiles occidentales por parte de Ucrania apunta a una respuesta calculada y deliberada.

Los expertos señalan que el Oreshnik, aún en fase de desarrollo y con una producción limitada, representa un armamento costoso y sofisticado.

Su rango de entre 3.000 y 5.500 kilómetros lo convierte en una amenaza potencial para objetivos estratégicos en territorio ucraniano.

El misil está equipado con seis grupos de seis cabezas explosivas, que se desprenden antes del impacto a velocidades supersónicas.

La utilización de este tipo de tecnología tan avanzada por parte de Rusia es preocupante, advierte un analista militar anónimo, quien añade que muestra una clara intención de aumentar la presión sobre Ucrania y sus aliados.

El presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó el lanzamiento del Oreshnik la semana pasada y anunció la producción en masa del misil.

Ni Ucrania ni las potencias occidentales tienen respuesta a esta nueva arma, afirmó Putin, quien no descartó un posible ataque contra Kiev utilizando este sistema.

La escalada armamentística representa una amenaza para la estabilidad regional y aumenta las posibilidades de un conflicto aún más devastador.

La comunidad internacional debe tomar medidas urgentes para evitar que el conflicto se salga de control.