A pesar de las advertencias del presidente ruso, Vladimir Putin, que calificó el uso de estos armamentos como una escalada hacia un conflicto global, Ucrania ha llevado a cabo un nuevo ataque contra objetivos dentro de Rusia utilizando misiles de largo alcance ATACMS estadounidenses y drones.
El objetivo principal fue Kursk, donde se atacó el aeródromo militar con misiles ATACMS. Esta región ya había sido blanco de ataques anteriores con este tipo de armamento, incluyendo la destrucción de un sistema de defensa antiaérea S-400 que dejó al menos cinco militares rusos muertos el pasado fin de semana en Bolshoye Zhyrovo.
El uso de estos misiles por parte de Ucrania es una escalada peligrosa y aumenta las posibilidades de un conflicto global, declaró el viceministro ruso de Exteriores, Serguei Riabkov.
Toda la responsabilidad recae sobre los Estados Unidos y sus aliados europeos.
Los ataques ucranianos no se limitaron a Kursk.
Drones fueron desplegados contra las regiones de Bryansk y Kaluga, donde según el Estado Mayor ucraniano, se destruyó un importante depósito de petróleo del ejército ruso.
También se atacó la factoría Typhoon en Kaluga, una instalación militar que fabrica piezas y equipos para el ejército ruso.
Moscú afirma haber derribado varios drones en estas áreas.
Estos ataques son una prueba más del fanatismo ucraniano y de su disposición a llevar la guerra al territorio ruso, declaró un portavoz del Ministerio de Defensa ruso.
Responderemos con contundencia.
En respuesta, Rusia lanzó un ataque con misiles contra las ciudades ucranianas de Odesa y Járkov, causando numerosos heridos, y desplegó una oleada de drones que obligó a activar las defensas antiaéreas en Kiev y otras ciudades ucranianas.
El conflicto se agrava cada vez más, con ambos bandos intensificando sus ataques.La situación genera preocupación internacional por la posibilidad de que el conflicto se extienda y tenga consecuencias aún más devastadoras para la región.