El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha revelado una acusación sorprendente contra Farhad Shakeri, un ciudadano afgano residente en Teherán y miembro activo de la Guardia Revolucionaria de Irán.

Shakeri está acusado de conspirar para asesinar al entonces candidato presidencial republicano Donald Trump antes de las elecciones.

Según el fiscal general Merrick Garland, el régimen iraní habría encargado a Shakeri dirigir una red de colaboradores criminales para ejecutar planes de asesinato contra objetivos clave, incluyendo al presidente electo Trump.

El Departamento de Justicia asegura que Shakeri participó en una conversación telefónica con el FBI en la que admitió haber recibido instrucciones de preparar un plan para asesinar a Trump, pero alegó no haber podido completarlo dentro del plazo establecido por la Guardia Revolucionaria.

La acusación contra Shakeri surge tras declaraciones de la campaña de Trump en septiembre, quienes afirmaron haber sido advertidos por funcionarios de inteligencia estadounidenses sobre amenazas específicas provenientes de Irán para acabar con la vida del candidato.

El director del FBI, Christopher Wray, declaró que esta demanda evidencia los intentos descarados de Irán de atacar a ciudadanos estadounidenses, entre ellos al presidente electo Donald Trump, así como a otros líderes gubernamentales y disidentes críticos del régimen iraní.

Esta acusación representa un nuevo capítulo en las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos e Irán, generando inquietud por la seguridad nacional estadounidense y el futuro de las relaciones internacionales.