La victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos y su regreso al poder han generado una amplia gama de reacciones en el escenario internacional.
Desde la alegría manifiesta de Israel hasta la cautela de China, pasando por la aparente indiferencia de Irán, los países del mundo observan con atención el inicio de la era Trump 2.0.
Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, ha expresado su satisfacción por la victoria de Trump, calificándola como el mayor retorno de la historia y resaltando el fortalecimiento de la alianza entre ambos países.
En palabras del propio Netanyahu: Ofrece un nuevo inicio para Estados Unidos y un poderoso nuevo compromiso con la gran alianza entre Israel y Estados Unidos.
Esta estrecha alineación con Israel, sin embargo, preocupa a Hamás, que considera el apoyo de Trump como ciego y le exige al nuevo presidente una postura más neutral en el conflicto palestino-israelí.
En contraste con la euforia israelí, China observa con prudencia el retorno de Trump al poder.La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, ha manifestado que Pekín espera un trato basado en respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación beneficiosa para ambas partes.
Las tensiones comerciales que se vivieron durante el primer mandato de Trump no han sido descartadas por los expertos.
Irán, por su parte, ha adoptado una postura aparentemente indiferente ante la victoria de Trump.La portavoz del Ejecutivo iraní, Fatemé Mohajerani, afirmó: No importa quién se convierta en presidente en Estados Unidos, ya que nuestros planes ya han sido adoptados.
La Guardia Revolucionaria iraní ha lanzado una advertencia sobre un posible ataque preventivo por parte de Estados Unidos e Israel contra Irán.
El subcomandante Alí Fadavi declaró: No consideramos improbable un ataque preventivo…Tenemos armas suficientes.
Turquía, a diferencia de otros países, se muestra optimista respecto al nuevo gobierno estadounidense.
Recep Tayyip Erdogan, presidente turco, ha calificado a Trump como un amigo y espera que pueda contribuir a la paz en el mundo.
Esta postura es especialmente relevante considerando el papel de Turquía como miembro de la OTAN y su intento de mediación en la guerra de Ucrania.
En definitiva, la victoria de Donald Trump genera una incertidumbre global mientras el mundo observa con atención cómo se desarrollarán las relaciones entre Estados Unidos y los demás países en esta nueva era política.