La tensión geopolítica entre Rusia y Occidente alcanza niveles preocupantes, con la guerra en Ucrania como telón de fondo.

La posibilidad de una confrontación nuclear se cierne sobre el mundo, llevando a países como Finlandia, Suecia y Noruega a distribuir manuales de supervivencia ante una posible guerra.

A raíz de la escalada del conflicto, Estados Unidos autorizó al presidente ucraniano Volodímir Zelenski a utilizar misiles estadounidenses de largo alcance contra territorio ruso.

En respuesta, Vladimir Putin aprobó una nueva doctrina militar que permite el uso de armas nucleares en defensa ante ataques convencionales que amenacen la soberanía de Rusia y Bielorrusia.

Este contexto se produce mientras Estados Unidos vive un cambio presidencial.Joe Biden finaliza su mandato y Donald Trump está a punto de asumir la presidencia en enero.

Trump ha mantenido conversaciones telefónicas con líderes mundiales, incluyendo una con el presidente ruso Putin, aconsejándole no intensificar la guerra en Ucrania, según afirmaciones del diario The Washington Post.

El Kremlin negó posteriormente esta comunicación.
En medio de este escenario, la existencia y funcionamiento del famoso teléfono rojo sigue siendo relevante.

Este canal de comunicación directa entre Washington y Moscú nació después de la crisis de los misiles de Cuba en 1962, como mecanismo para evitar un enfrentamiento nuclear.

En realidad, nunca fue un teléfono convencional; se trataba de una línea de teletipo que posteriormente se actualizó con tecnología satelital, fax, correo electrónico, entre otros sistemas.

El objetivo era intercambiar información rápidamente, pero nunca verbalmente, para evitar malentendidos, explica un experto consultado por este diario.

A día de hoy, operadores estadounidenses y rusos prueban el sistema cada hora, aunque su uso en la actual guerra en Ucrania es incierto.

Bernd Greiner, historiador especializado en la Guerra Fría, señala que la comunicación entre las fuerzas armadas y los diplomáticos se ha roto, lo que dificulta la utilización de este canal para resolver la crisis actual.

En 2022, el Pentágono estableció una línea directa con el Ministerio de Defensa ruso con el objetivo de evitar incidentes militares entre ambas fuerzas en Europa del Este.

Este legado histórico resalta la importancia de la comunicación durante momentos de alta tensión internacional y las dificultades para mantenerla fluida en un contexto de conflicto armado.