A medida que el año llega a su fin, el cielo nocturno nos reserva una última sorpresa: las Leónidas, una lluvia de meteoros que promete ofrecer un espectáculo celestial a los amantes del cosmos.

Originadas en la constelación de Leo, estas estrellas fugaces se caracterizan por su velocidad – 71 kilómetros por segundo– y su brillo, alcanzando una tasa de actividad aproximada de 10 a 20 meteoros por hora.

La mejor oportunidad para presenciar este evento se dará durante la noche del 17 al 18 de noviembre, dos días después de la última superluna del año.

La claridad del cielo es fundamental para disfrutar al máximo de las Leónidas, ya que la luz lunar puede afectar la visibilidad de los meteoros.

La elección del lugar de observación es crucial, aconseja Antonio Liébana, fotógrafo de National Geographic.

Busca un lugar alejado de la contaminación lumínica y libre de obstáculos como árboles o edificios para obtener una vista despejada del cielo nocturno.

Para aquellos que deseen capturar este espectáculo a través de la fotografía, Miry Fidalgo, también fotógrafa de National Geographic, recomienda: Utilizar una cámara con control manual sobre los parámetros, un objetivo angular amplio y un disparador remoto para evitar temblores.

Un trípode robusto es indispensable para obtener imágenes nítidas con velocidades de obturación lentas.

Este fin de semana astronómico se inicia el viernes con la Superluna de Castor, culminando con las Leónidas el domingo.

Para aquellos que no puedan disfrutar del evento en vivo, diciembre aún ofrece otras oportunidades: el pico de las Gemínidas (la noche del 14) y las Úrsidas (la noche del 22), además del último plenilunio del año, la Luna Fría.