El próximo lunes, Josep Borrell dejará su cargo como Alto Representante de la Unión Europea (UE) tras cinco años al frente de la diplomacia europea.

Su salida se produce con un marcado sentimiento de decepción por la incapacidad de la comunidad internacional para detener la guerra en Gaza y la incertidumbre sobre el futuro del apoyo a Ucrania.

En una reciente entrevista con Radio Nacional de España (RNE), Borrell confesó: Me voy de Bruselas con una gigantesca frustración por la incapacidad de todos para parar esta masacre.

La escalada de violencia en Gaza, donde se reclama un alto el fuego y la defensa del derecho a la autodeterminación de ambos pueblos, ha generado un profundo impacto emocional en el diplomático español.

A pesar de la tregua reciente firmada con el gobierno libanés, Borrell no muestra gran optimismo.

Por lo menos no va a llevar un cortejo de muertos y destrucción, reconoció, reconociendo que cualquier avance es preferible a la inacción.

Su mirada se centra en la necesidad urgente de una solución pacífica para el conflicto.

La llegada de Kaja Kallas como nueva Alto Representante se produce en un contexto geopolítico complejo.

Para la diplomática estoniana, la prioridad será brindar apoyo a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa.

Borrell no comparte esa visión idealista.En Ucrania las cosas van peor, no podemos estar satisfechos de cómo van las cosas, afirmó, resaltando la gravedad del conflicto y el riesgo de una escalada aún mayor.

Para Borrell, el apoyo a Ucrania es fundamental para evitar su caída ante la agresión rusa: Si se deja de ayudar a Ucrania, esta no podrá defenderse y la guerra se acaba.

A pesar de su preocupación por la situación en Ucrania, Borrell insiste en que la UE debe ser más autónoma y menos dependiente de Estados Unidos, Rusia y China.

El diplomático español ve en la guerra de Ucrania un llamado a la reflexión sobre la posición de la Unión Europea en el mundo: Los europeos no podemos seguir pensando que somos el centro del mundo.

Hace tiempo que no lo somos, hay que espabilar, manifestó, haciendo referencia a la necesidad urgente de una mayor autonomía estratégica para la UE.

En su discurso ante el Brussels Institute for Geopolitics, Borrell planteó la incómoda pregunta sobre el futuro del apoyo a Ucrania si Donald Trump regresa a la Casa Blanca: Es la gran pregunta.

¿Qué harían los europeos si la nueva administración estadounidense no sigue apoyando a Ucrania?La incertidumbre en torno al compromiso de Estados Unidos con Ucrania se convierte en una amenaza latente para la estabilidad europea.

Borrell deja el cargo con un llamado a la unidad dentro de la UE: Si no tienes unidad no puedes ni siquiera hablar, enfatizó, recordando la necesidad de una mayor cohesión entre los Estados miembros para afrontar los desafíos del siglo XXI. La tarea que se le presenta a Kallas es compleja, pero su liderazgo será crucial para mantener la estabilidad y la seguridad en un mundo cada vez más incierto.