Salta enfrenta el desafío de construir un futuro urbano que integre sostenibilidad, innovación y calidad de vida.
El ciclo Hablemos de lo que viene, organizado por El Tribuno, brindó un espacio para debatir los lineamientos esenciales del urbanismo, presentando ideas que trascienden lo local e incorporan las demandas globales.
El crecimiento urbano no es solo demográfico, sino una oportunidad para repensar la ciudad como espacio integrador, afirmó , durante el evento.
La discusión giró en torno a temas clave como el impacto del diseño en la calidad de vida, las tendencias internacionales en planificación urbana y la necesidad de una visión conjunta entre actores públicos y privados.
La intención del ciclo es proporcionar herramientas e inspiración tanto para quienes dirigen proyectos como para las autoridades locales, fomentando una perspectiva más amplia basada en experiencias de otras regiones con el objetivo de construir una provincia más próspera y orientada al bienestar de sus ciudadanos.
Uno de los conceptos más llamativos fue el de las Zonas Azules, presentado por Rodrigo Grassi, del estudio Aisenson.
Estas áreas, reconocidas por su alta longevidad y calidad de vida, demuestran que el diseño urbano y hábitos saludables pueden influir directamente en la vida de las personas.
A pesar de que los ejemplos internacionales como Cerdeña o Japón pueden parecer lejanos, los principios detrás de este concepto son aplicables a cualquier contexto: planificación que priorice espacios verdes, movilidad sostenible y una infraestructura que fomente el bienestar físico y emocional de los habitantes, explicó Grassi.
Otro enfoque innovador surgió con la charla de Paula Mascías, quien exploró la idea de construir ciudades desde las emociones.
Más allá de la funcionalidad, los entornos urbanos deben ser lugares significativos donde los habitantes se identifiquen con sus espacios y encuentren conexión con su comunidad.
Este enfoque, que puede parecer abstracto, es esencial para transformar los proyectos urbanos en experiencias humanas enriquecedoras, afirmó Mascías.
En Salta, los desarrollos urbanos han mostrado un crecimiento sostenido gracias al compromiso de los actores privados.
Javier Rovira, representante del Banco Hipotecario, destacó la importancia de la estabilidad macroeconómica para revitalizar el sistema de financiación de proyectos urbanos.
Si bien existen productos financieros, sin un marco económico estable, la demanda no se activa, y eso afecta tanto a los desarrolladores como a los usuarios finales, señaló Rovira.
Por su parte, Gervasio Ruiz de Gopegui, de IRSA, planteó la importancia de la articulación público-privada para proyectos de gran envergadura.
Cuando el Estado requiere que el privado acompañe, debe haber una lógica económica; deben convivir la normativa y la economía para generar bienestar y desarrollo, afirmó.
Si bien algunos de los proyectos presentados en el ciclo no se desarrollan en Salta, su impacto como modelos es innegable.
Propuestas como la revitalización de microcentros urbanos o los barrios diseñados para integrar usos mixtos son ejemplos que podrían inspirar futuros desarrollos locales.
El éxito de este proceso también dependerá de la capacidad de Salta para integrar a sus comunidades en la planificación urbana.
Escuchar las necesidades de los vecinos, fomentar la participación ciudadana y priorizar proyectos que mejoren la calidad de vida en los barrios más vulnerables son aspectos cruciales para garantizar un crecimiento inclusivo.
El camino hacia las ciudades del futuro empieza hoy, y Salta tiene todas las herramientas para marcar la diferencia.
La planificación urbana debe ir más allá de lo técnico para incorporar la sensibilidad y las aspiraciones de quienes habitan las ciudades.