El gobierno de Javier Milei busca desactivar la tensión social que suele caracterizar diciembre en Argentina y así asegurar un verano de relativa calma sindical.

Con este objetivo, ya logró una tregua paritaria con Aerolíneas Argentinas, extendiendo el acuerdo hasta febrero para sobrevolar la temporada alta.

Ahora, el foco se centra en dos temas clave para la agenda del Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA): el salario mínimo, vital y móvil, y la eventual reactivación de bloqueos por parte de ciertos gremios.

Desde Casa Rosada se trabaja con diferentes velocidades para abordar ambas demandas. Se busca convocar al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil antes de fin de noviembre, mientras que la Mesa Tripartita para discutir el Capítulo de Modernización Laboral, pendiente desde octubre, podría ser convocada a un ritmo más lento.

El llamado urgente de las CTA -que se han mostrado cada vez más convergentes en sus estrategias- busca una convocatoria inmediata al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil.

Hugo Cachorro Godoy y Hugo Yasky, secretarios generales de la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores respectivamente, elevaron la demanda a la Secretaría de Trabajo a cargo de Julio Cordero.

Las centrales sindicales remarcan que el actual ingreso mínimo vital y móvil (SMVM) se ubica en 271.571 pesos, una caída real del 31,28% en comparación con el mismo mes del año anterior.

Para CIFRA, centro de estudios de la CTA de los Trabajadores, el poder adquisitivo del salario mínimo es un 28,6% menor que al asumir Milei, en noviembre de 2023.

Se sitúa 40,1% por debajo del valor registrado en noviembre de 2019 (fin del gobierno de Mauricio Macri) y un 54,1% más bajo que el de noviembre de 2015 (final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner).

El gobierno reconoce la urgencia de concretar una mesa lo antes posible para despejar el panorama de diciembre.

Se espera un acuerdo por lo menos trimestral que permita navegar el verano hasta marzo, aunque es difícil satisfacer las demandas de los sectores más combativos dentro del gremialismo.

La posibilidad de un paro nacional impulsado por ATE el 5 de diciembre (con opción a extenderlo a 36 horas) y la presión ejercida por Pablo Moyano sobre una nueva medida de fuerza en diciembre, han generado una búsqueda de consenso entre los sectores sindicales más moderados.

La reunión de la mesa chica de la CGT en la sede de UPCN, donde se descartó cualquier acción de fuerza por el momento, fue un guiño al gobierno.

Incluso El Destape reveló que Hugo Moyano vetó la propuesta de su hijo Pablo.
las tensiones persisten dentro del Grupo de los Seis, donde aún no hay acuerdo sobre quién representará al sector en el Consejo de Mayo.

La sugerencia de Nicolás Pino (Sociedad Rural) para ocupar ese rol encontró resistencia por parte de otros representantes que consideran que debería ser elegido por consenso y no por autopercepción.

Desde Casa Rosada se confía en poder activar la Mesa Tripartita bajo el auspicio del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, cuando llegue la ocasión.

Se espera que esta mesa funcione como uno de los últimos gestos de consenso del año. El artículo referido al bloqueo 242, donde las centrales sindicales buscan incidir para eliminar la discrecionalidad del empleador a la hora de determinar una causa justa de despido, también está pendiente en la agenda laboral.