Francia toma una decisión histórica al asumir el coste de las pruebas de detección de la sumisión química, un tipo de abuso que ha acaparado la atención pública a raíz del juicio contra Dominique Pélicot por los abusos perpetrados durante una década sobre su esposa, Gisele.

El primer ministro francés, Michel Barnier, ha presentado esta iniciativa en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, calificándola como un hito para la concienciación social.

Este juicio está llamado a marcar un antes y un después en la conciencia social, declaró Barnier.

El caso ha generado una gran repercusión debido a la gravedad de los hechos y al número elevado de implicados, con más de medio centenar de hombres sentados en el banquillo junto a Pélicot.

El Ejecutivo francés quiere experimentar con un programa piloto que permita a las víctimas acceder a pruebas de detección de sumisión química de forma gratuita y sin necesidad de presentar una denuncia previa.

Este proyecto se desarrollará en varios departamentos del país con el objetivo de mejorar la atención a posibles víctimas.

Actualmente, la Seguridad Social solo se hace cargo de los gastos si hay una denuncia, lo que dificulta el acceso a estas pruebas para muchas mujeres, señaló un portavoz del Colegio de Médicos de Francia.

La generalización de estas pruebas, que pueden alcanzar los mil euros, es un avance crucial en la lucha contra la sumisión química.

Facilitar el acceso a las pruebas puede motivar a las potenciales víctimas a buscar ayuda y actuar con mayor rapidez, declaró una experta en violencia de género.

El impacto emocional del caso Pélicot y la nueva medida adoptada por el Estado representan un paso significativo hacia la protección de las mujeres y la erradicación de este tipo de violencia.