Un nuevo estudio publicado en la revista académica BMC Medicine sugiere que la práctica de actividad física durante las horas matutinas y vespertinas podría estar asociada a una reducción significativa del riesgo de desarrollar cáncer colorrectal.

Los investigadores de la Universidad de Regensburg, en Alemania, analizaron datos de más de 86 mil personas provenientes de la base de datos UK Biobank.

Los participantes llevaban un acelerómetro durante una semana para registrar sus patrones de actividad física.

Los resultados mostraron que los individuos que concentraban su ejercicio por la mañana y al atardecer tenían un estilo de vida más saludable en general, con menor consumo de alcohol y tabaco, además de hábitos sedentarios menos frecuentes.

De manera particular, quienes ejercitaron durante estas franjas horarias presentaron una reducción del riesgo de cáncer colorrectal hasta un 11%, mientras que los que se mantuvieron activos a lo largo del día lo redujeron en un 6%.

Es fascinante cómo la hora del día puede influir en la efectividad del ejercicio, afirma el Dr. Stein, autor principal del estudio.

Si bien más investigación es necesaria para comprender completamente los mecanismos detrás de esta asociación, estos hallazgos apuntan a la importancia de considerar el momento del día como un factor clave al planificar actividades físicas para optimizar sus beneficios para la salud.

Los investigadores no descartan que una mayor duración o intensidad del ejercicio en las horas mañanas y vespertinas pueda estar involucrada en los resultados observados.

También plantean la posibilidad de cambios metabólicos a lo largo del día que potencien los efectos antiinflamatorios del ejercicio durante estas franjas horarias.

El cáncer colorrectal es una enfermedad prevenible en gran medida mediante el adoption de hábitos saludables y la participación en programas de detección temprana.

El estudio resalta la importancia de incorporar la actividad física regular, especialmente por la mañana y al atardecer, como parte integral de un estilo de vida que reduce el riesgo de desarrollar esta afección.