Enclavado en el majestuoso Bosque Nacional Fishlake, en Utah, Estados Unidos, se encuentra una extraordinaria maravilla natural que ha cautivado a los científicos durante décadas: Pando, un organismo vivo considerado como el más extenso del mundo.

Su singular naturaleza reside en la asombrosa red de raíces que conecta miles de álamos temblón (Populus tremuloides), formando una unidad genética única.

Recientemente, un equipo de investigadores ha realizado un análisis exhaustivo del ADN de Pando, revelando datos que transforman nuestra comprensión de la longevidad vegetal.

La conclusión es contundente: este bosque clon, con una masa estimada de 6.000 toneladas métricas y una extensión de 43 hectáreas, alberga seres vivos con edades comprendidas entre 16.000 y 81.000 años.

Si visitas Pando, parecería un bosque normal, explica William Ratcliff, biólogo evolutivo del Instituto Tecnológico de Georgia en Atlanta y coautor del estudio publicado en bioaRxiv.

A diferencia de los árboles convencionales, Pando no es un solo individuo, sino una comunidad de álamos conectados por un sistema radicular que se extiende bajo la tierra.

La clave de la supervivencia de Pando radica en su peculiar estructura genética triploide, lo que le permite generar copias genéticas idénticas de sí mismo.

A pesar de que cada árbol individual vive alrededor de 200 años, el sistema radicular perdura a través del tiempo, regenerando nuevos árboles constantemente.

El estudio de las mutaciones genéticas en Pando ha revelado un patrón fascinante: los árboles más alejados pueden ser genéticamente más similares que aquellos que crecen juntos, salvo cuando la distancia entre ellos es inferior a 15 metros.

Esta peculiaridad podría ser clave para su longevidad, ya que permite una mayor diversidad genética y resistencia frente a los cambios ambientales.

La existencia de Pando nos recuerda la asombrosa capacidad de la vida para adaptarse y perdurar a través del tiempo.

Este bosque milenario se ha convertido en un símbolo de resiliencia y adaptación, desafiando nuestras concepciones sobre la edad y la longevidad en el reino vegetal.