La borrasca Bert ha asolado Reino Unido con una intensidad sin precedentes, dejando a su paso cinco víctimas mortales y un panorama de destrucción generalizada.
Las lluvias torrenciales que acompañaron al temporal provocaron desbordamientos de ríos, inundaciones masivas y fuertes vientos huracanados, transformando carreteras en ríos embravecidos y convirtiendo cientos de hogares en refugios inhabitables.
El impacto del fenómeno meteorológico ha sido devastador.En algunas regiones del país se registraron ráfagas de viento que superaron los 131 kilómetros por hora, mientras que las precipitaciones acumuladas en tan solo 48 horas alcanzaron el 80% de la media mensual de noviembre.
El gobierno británico ha emitido más de 200 advertencias por inundación para Inglaterra, Escocia y Gales, alertando a los ciudadanos sobre la persistencia del peligro.
Las autoridades sanitarias reportan que miles de viviendas se han quedado sin electricidad y que el transporte público ha sufrido importantes interrupciones, con cancelaciones masivas en vuelos y servicios ferroviarios.
La situación es crítica, declaró un portavoz del servicio meteorológico británico (Met Office).
Las lluvias continuarán afectando al país durante esta semana, lo que aumenta la posibilidad de nuevas inundaciones.
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha expresado su profunda preocupación por la gravedad de la situación y ha enviado un mensaje de apoyo a los afectados.
Mis pensamientos están con las familias que han perdido seres queridos y con todos aquellos que se enfrentan a las consecuencias devastadoras de esta borrasca, señaló Starmer en un comunicado publicado en X.
La ministra principal para Gales, Eluned Morgan, también ha expresado su solidaridad con las comunidades afectadas por las inundaciones absolutamente devastadoras que han golpeado especialmente el sur del país.
Estamos trabajando incansablemente para brindar apoyo a las personas afectadas y ayudarles a reconstruir sus vidas, afirmó Morgan.
La borrasca Bert es un recordatorio contundente de la fragilidad ante los fenómenos meteorológicos extremos y del impacto devastador que pueden tener en nuestras comunidades.