La Universidad Nacional de Salta (UNSa) se encuentra inmersa en una profunda crisis luego de la toma del edificio del rectorado por parte de un grupo de estudiantes.
La medida, que comenzó hace dos semanas, ha generado indignación entre los trabajadores universitarios, quienes exigen el cese de la ocupación para poder desarrollar sus funciones cotidianas.
Presentamos una nota al rector el 29 de octubre pasado pidiendo el regreso del personal a sus puestos de trabajo, explica Gabriela, empleada administrativa de la UNSa. También se labraron actas al respecto, la última esta mañana a las 9:00 porque no pudimos entrar al edificio a trabajar y tuvimos que volver a nuestras casas.
La situación ha llegado a tal punto que el comedor de estudiantes ha suspendido sus servicios en solidaridad con los trabajadores del rectorado.
Los centros de estudiantes han convocado una asamblea para intentar disolver la toma.
Tomamos la decisión de hablar con el rector el 29 de octubre.
Fue la primera nota que presentamos.Él dijo que el lunes volvíamos todos, que iba a intervenir pero no internamente.
Entonces la gente tomó la decisión de volver a sus lugares de trabajo porque en el rectorado está el área de liquidación de sueldos, de tesorería.
Son dos áreas fuertes en la universidad, relata Gabriela, quien denuncia que por la toma se paralizará todo: Ya no se va a pagar ni a proveedores, no se va a liquidar sueldos, faltaba que cobraran los becarios, profesores.
El hacinamiento y falta de recursos en la biblioteca han agravado la situación para los trabajadores.
Estas dos semanas, si bien apoyábamos la decisión del rector, ninguno estaba a favor de la toma.La verdad no era una forma de manifestarse, pero ya se torna muy difícil trabajar en la biblioteca.
Estábamos todos metidos ahí uno encima del otro y faltaba señal, a veces nos faltaban papeles, expedientes, expresa Gabriela.
La incertidumbre sobre el futuro de la UNSa es palpable.Los trabajadores exigen una solución rápida para que puedan retomar sus funciones.
Le pedimos al rector que nos escuche y que volvamos a trabajar, sino que se active el protocolo y que intervenga la Fuerza Federal.
Que no quieren llegar a su instancia, yo lo entiendo, porque es muy violento, pero los chicos tienen que entender que paralizando todo esto, no están ayudando a nadie, todo lo contrario, concluye Gabriela.