El objetivo principal, según explicó Nieva a El Tribuno, es incorporar una nueva modalidad dentro del servicio de transporte impropio, que sería privado, en base a plataformas digitales.

El proyecto establecería la competencia y definiría lo que constituye un servicio de transporte privado a través de plataformas digitales, además de otorgarles una naturaleza jurídica propia.

Como dato interesante, señaló Nieva, tomado de la norma vigente en Mendoza que regula sobre la misma materia, existe la figura del mandatario administrador.

Se establece una suerte de responsabilidad solidaria entre el socio conductor y la plataforma digital.

Esta medida busca asegurar que las plataformas digitales respondan ante posibles problemas o incidencias que surjan durante el servicio.

El proyecto también contempla la posibilidad de que empresas de taxis y remises desarrollen sus propias aplicaciones digitales, buscando así equiparar el sector a las plataformas como Uber y Cabify.

Para Nieva, este reconocimiento legal busca ordenar un servicio que ya se da en la ciudad de forma informal: La idea es dar un reconocimiento legal a una actividad que ya en la ciudad se viene dando de hecho.

El objetivo final es brindar al usuario la libertad de elegir entre diferentes opciones de transporte bajo condiciones equiparables y seguras.