Varias municipalidades de la provincia se encuentran inmersas en un debate profundo tras proponer cambios en sus cartas orgánicas municipales.
La iniciativa, que busca adecuar estas normas a las últimas reformas constitucionales provinciales, ha generado tensiones y divergencias de opinión en algunos municipios.
Las modificaciones propuestas incluyen la incorporación del cargo de viceintendente y la actualización de las estructuras administrativas para garantizar una gestión más eficiente.
Desde los sectores promotores de estos cambios se argumenta que una carta orgánica moderna permite un mejor control sobre los recursos, fomenta la transparencia en la administración pública y establece mecanismos efectivos para el desarrollo sostenible a largo plazo.
El municipio de El Carril aprobó rápidamente la normativa, con el intendente Efraín Orozco impulsando la promulgación del proyecto.
Chicoana siguió un camino similar, logrando avanzar en el proceso sin mayores dificultades.Sin embargo, Campo Quijano se ha convertido en el epicentro de la controversia.
La oposición responde a intereses ajenos al bienestar común, señaló el intendente Lino Yonar, quien defiende con vehemencia la necesidad de una carta orgánica actualizada para afrontar el crecimiento demográfico y los desafíos del desarrollo urbano.
A pesar de las resistencias, el proyecto fue finalmente aprobado en el Concejo Deliberante tras un intenso debate que evidenció profundas divisiones políticas.
Yonar subraya que la carta orgánica no solo es necesaria, sino que es clave para garantizar un futuro sostenible para Campo Quijano, una comunidad con más de 23.200 habitantes que enfrenta crecientes necesidades en materia de infraestructura, servicios y planificación urbana.
El debate en Campo Quijano pone de manifiesto la complejidad del proceso de transformación y la necesidad de superar las divisiones partidistas para alcanzar el bien común.