La estabilización económica actual, la moderación inflacionaria y un panorama financiero favorable crean un entorno propicio para implementar herramientas de financiamiento a mediano plazo dirigidas al sector inmobiliario.
En este contexto, el rol del desarrollador cobra especial relevancia, ya que las políticas públicas buscan facilitar la resolución del déficit habitacional mediante la intervención del mercado.
Una barrera significativa que obstaculiza el desarrollo de nuevas viviendas es la escasez de crédito específico para proyectos inmobiliarios.
Según Felipe Biella, experto en el sector, No existe una oferta de crédito diseñada para el negocio de promoción de vivienda con condiciones estructuradas a partir de los flujos y la rentabilidad de cada proyecto.
Actualmente, los desarrolladores se ven obligados a recurrir a productos financieros como créditos personales o empresariales respaldados por garantías que no siempre son viables para este sector.
Una posible solución al problema reside en el auge de las hipotecas divisibles.Estas hipotecas permiten financiar proyectos inmobiliarios con un crédito puente a corto plazo, mientras se espera la comercialización de las unidades habitacionales.
Las instituciones financieras pueden entonces otorgar créditos hipotecarios a largo plazo a los compradores finales.
El éxito de este sistema dependerá de una reglamentación adecuada y de la estabilización económica, afirma Biella.
Es un engranaje virtuoso que, bien ejecutado, permitirá ampliar las opciones de vivienda, reducir costos y generar recursos para nuevos proyectos.
Este modelo financiero se basa en la securitización de las hipotecas generadas, lo que permite a los bancos rotar más rápidamente los recursos y acceder a una fuente de financiamiento alternativa.
Chile y Colombia han logrado implementar con éxito este sistema, combinando fondos disponibles para financiar viviendas con la posibilidad de securitizar hipotecas.
Otra opción emergente es el crowdfunding inmobiliario, una plataforma que permite a inversores individuales participar en proyectos inmobiliarios con capitales relativamente pequeños.
Este mecanismo ofrece a los desarrolladores acceso a financiación a mediano y largo plazo y a los inversores una oportunidad de diversificar sus portafolios y obtener retornos atractivos.
En definitiva, la disponibilidad de mecanismos de financiamiento innovadores como las hipotecas divisibles y el crowdfunding inmobiliario será crucial para impulsar la construcción de viviendas asequibles y satisfacer la creciente demanda habitacional.
La clave reside en un marco regulatorio sólido y una economía estable que permitan a estos modelos financieros prosperar.