Los Jardines Zoológicos y Botánicos de Hong Kong se encuentran en alerta tras la muerte de diez monos por un brote de melioidosis, una enfermedad bacteriana que afecta tanto a humanos como a animales.
El último fallecimiento fue registrado este sábado, sumando así al número anterior de nueve primates que perdieron la vida por la misma causa.
La causa principal de esta infección es la bacteria Burkholderia pseudomallei, presente en suelos y aguas contaminadas.
La transmisión se da principalmente a través del contacto con estos ambientes, ya sea por abrasiones cutáneas, inhalación o consumo de agua no potable.
Las autoridades sanitarias han tomado medidas cautelares para contener el brote.El Departamento de Agricultura, Pesca y Conservación realizará una necropsia para confirmar la causa de muerte del décimo mono.
Por su parte, el Departamento de Ocio y Servicios Culturales ha cerrado temporalmente la sección de mamíferos del zoológico para facilitar un seguimiento minucioso del estado de los animales.
El secretario de Cultura, Deportes y Turismo, Kevin Yeung, sugiere que las excavaciones realizadas a principios de octubre durante obras de reparación de cañerías en una zona cercana al zoológico podrían ser la fuente de contaminación.
Es posible que los trabajadores hayan introducido la bacteria a las jaulas al calzar zapatos con tierra contaminada, afirmó Yeung.
La melioidosis, aunque no tiene vacuna específica, puede tratarse con antibióticos. En lo que va del año 2024, Hong Kong ha reportado 19 casos de esta enfermedad, un número ligeramente superior al registrado en el año anterior (14 casos).
El doctor Edwin Tsui, controlador del Centro de Protección de la Salud, asegura que los contagios registrados este año son esporádicos y no agrupados.
No hay una tendencia a la escalada, aclaró Tsui.Además, enfatizó que ninguno de los casos humanos está relacionado con el brote en el zoológico.
El impacto emocional del brote es evidente en los empleados del zoológico, quienes trabajan con equipos de protección y se someten a un monitoreo constante de su salud.
La preocupación por el bienestar de los animales y la prevención de una mayor propagación de la enfermedad son prioridades para las autoridades.