En un escalofriante caso que expone la brutalidad de la violencia doméstica, un niño de ocho años se convirtió en el héroe inesperado al alertar sobre la agresión física que su madre estaba sufriendo por parte de su padre en la localidad de Payogasta.
El fiscal penal Daniel Alejandro Escalante, conminado por la gravedad del incidente y la necesidad urgente de proteger a la víctima y sus hijos, tomó la decisión de intervenir de oficio, imputando al agresor por los delitos de amenazas, resistencia a la autoridad y lesiones agravadas por el vínculo familiar y la mediación de violencia de género.
El relato del pequeño, que imploraba auxilio en el Complejo Deportivo de Buena Vista mientras se celebraba un evento, conmocionó a los presentes y activó la respuesta policial inmediata.
Al llegar al domicilio familiar, los efectivos encontraron al acusado forcejeando con su pareja en el comedor.
Su resistencia ante la autoridad, además de las agresiones físicas contra los agentes y las amenazas de venganza que profirió, evidenciaron la peligrosidad del individuo.
El fiscal Escalante, al evaluar la situación, no solo consideró el riesgo inminente para la integridad física de la mujer, sino también el profundo impacto emocional que la violencia doméstica ejerce sobre los menores expuestos a ella.
Es fundamental proteger a las víctimas y a sus hijos de la violencia, garantizando su seguridad y bienestar, señaló el fiscal en un comunicado oficial.
La decisión de actuar de oficio busca romper con la impunidad y enviar un mensaje contundente contra la violencia de género.
A pesar de la gravedad de las lesiones visibles que presentaba la víctima, ella inicialmente se negó a presentar una denuncia formal, argumentando la necesidad de hablar primero con su padre y la preocupación por el bienestar de sus hijos menores.
No obstante, la intervención del fiscal y la evidencia contundente recolectada durante la investigación, como manchas de sangre en la casa y relatos de los propios niños, evidencian la realidad violenta que estaban sufriendo en el seno familiar.