Un reciente proyecto realizado por dos estudiantes de Harvard ha puesto de manifiesto un inquietante escenario futuro: la utilización de gafas inteligentes para identificar personas desconocidas en tiempo real y obtener información personal sin su consentimiento.
Este desarrollo, presentado bajo el nombre IXRAY, utiliza tecnología ampliamente disponible, como las gafas Ray-Ban Meta conectadas y bases de datos públicas, para realizar un doxing masivo a través de reconocimiento facial.
El video del proyecto, difundido por 404Media, muestra cómo los estudiantes, AnhPhy Nguyen y Caine Ardayfio, graban el rostro de desconocidos mientras caminan por la calle.
La información capturada se transmite en directo a un ordenador que utiliza inteligencia artificial para analizar las imágenes y realizar una búsqueda en bases de datos públicas.
El resultado: nombres completos, direcciones domiciliarias e incluso detalles personales extraídos de filtraciones y hackeos previos.
Nuestro objetivo no es atacar la privacidad, sino precisamente alertar sobre la facilidad con la que puede vulnerarse, explican los autores del proyecto.
Su método representa un escalofriante ejemplo de cómo las tecnologías cada vez más accesibles pueden ser mal utilizadas para dañar a individuos de forma indirecta y silenciosa.
El doxing, la práctica de revelar información personal sin el consentimiento de la persona afectada con el objetivo de causar daño o intimidación, adquiere una nueva dimensión con este proyecto.
La posibilidad de realizarlo en tiempo real, utilizando gafas inteligentes que parecen inofensivas, abre un abanico de posibilidades preocupantes para la seguridad y privacidad individual.
Si bien las políticas de privacidad de Meta prohíben expresamente la utilización de las gafas Ray-Ban Meta para estas prácticas, incluyendo la grabación constante sin consentimiento y la difusión de rostros para identificación, el éxito del proyecto IXRAY demuestra la necesidad urgente de reforzar las medidas de protección y control sobre el uso de estos dispositivos.
El problema no solo es que lo hayan conseguido dos estudiantes, sino que utilizan tecnología disponible abiertamente a todo el mundo como son unas gafas comerciales y bases de datos públicas, señala un experto en ciberseguridad.
Esto significa que la amenaza no proviene solo de actores maliciosos sofisticados, sino que cualquiera con conocimientos básicos de programación e interés en dañar podría replicar este tipo de proyectos.
El proyecto IXRAY plantea interrogantes cruciales sobre el futuro de las gafas inteligentes y el balance entre innovación tecnológica y protección de la privacidad.
La legislación actual, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en Europa, prohíbe grabar constantemente a personas en público sin su consentimiento y difundir imágenes para identificación.
La rapidez con la que evolucionan las tecnologías exige una revisión constante de los marcos legales y éticos para garantizar que se protejan los derechos fundamentales de los ciudadanos en un mundo cada vez más digitalizado.
El debate sobre el reconocimiento facial ha estado presente durante años, pero el proyecto IXRAY lo coloca en el centro del escenario como una amenaza tangible e inminente.
La necesidad de establecer regulaciones claras y eficientes para controlar el uso de la tecnología de reconocimiento facial, así como promover la conciencia pública sobre los riesgos potenciales, se hace cada vez más urgente.