El huracán Óscar, de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, azotó con intensidad el extremo nororiental de Cuba, específicamente cerca de Baracoa, durante la noche del domingo al lunes.

El Instituto Meteorológico de Cuba (Insmet) registró vientos superiores a los 116 kilómetros por hora y pronostica precipitaciones torrenciales en las zonas montañosas del oriente, con acumulaciones entre 100 y 200 mililitros por metro cuadrado.

Las autoridades cubanas temen fuertes marejadas en Guantánamo, Holguín y Las Tunas, así como inundaciones costeras de intensidad moderada a fuerte en zonas bajas de la costa este, incluyendo el famoso malecón de Baracoa.

Ante la llegada del huracán Óscar, el gobierno cubano decretó la fase de alarma ciclónica para las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma y Las Tunas, manteniendo a Camagüey en alerta y a Ciego de Ávila en fase informativa.

El impacto del huracán llega poco después de un apagón generalizado que ha sumido al país en una situación crítica, apenas comenzando a recuperarse de manera inestable e insuficiente.

Como consecuencia del doble golpe, el gobierno cubano suspendió la actividad administrativa y docente no esencial en todo el país hasta el miércoles.

Es crucial que la población se mantenga informada sobre la evolución del huracán a través de los medios de comunicación nacionales y siga estrictamente las indicaciones de las autoridades locales, declaró un portavoz del gobierno cubano.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con sede en Miami (Florida), confirmó el impacto del huracán Óscar en la provincia de Guantánamo.

Este fenómeno se ha convertido en la decimoquinta tormenta tropical de la temporada ciclónica actual en el Atlántico y, a pesar de su tamaño reducido, ha afectado ya a las Islas Turcas y Caicos y al sureste de Bahamas.

Los expertos habían alertado desde hace meses sobre la posibilidad de una temporada de huracanes particularmente activa en el Atlántico, que abarca del 1 de junio al 30 de noviembre.

La llegada de Óscar añade una nueva capa de incertidumbre y preocupación a un país ya debilitado por el reciente apagón.