Un escándalo sacude al Hospital San Bernardo, donde cuatro empleados fueron hallados culpables de la sustracción de medicamentos y otros insumos hospitalarios.

La sentencia, emitida por el juez Francisco Mascarello en la Sala VII del Tribunal de Juicio, condena a los imputados -un auxiliar administrativo, una administrativa, una enfermera y una técnica superior en farmacia- a penas de prisión con carácter condicional que van desde dos años hasta tres años, además de la inhabilitación perpetua para cargos públicos.

La fiscal Ana Inés Salinas Odorisio, quien dirigió la investigación por la Unidad de Delitos Económicos Complejos, destacó la gravedad del delito: Estos actos no solo afectan al patrimonio del hospital, sino que ponen en riesgo la salud de los pacientes.

La condena surge luego de una exhaustiva investigación iniciada tras una denuncia realizada por el representante legal del Hospital San Bernardo.

Se encontraron inconsistencias durante un relevamiento realizado en las farmacias del nosocomio a fines del año anterior.

Durante la investigación se descubrió que los acusados habían sustraído medicamentos y materiales de uso hospitalario, como guantes, agujas, catéteres, apósitos y barbijos.

Los allanamientos realizados en sus domicilios y en el vehículo del empleado de la farmacia central permitieron recuperar un importante número de estos elementos.

El sesenta por ciento de los artículos encontrados correspondían al patrimonio del hospital, explicó una fuente cercana al caso.

El resto provenía de fuentes sospechosas, lo que sugiere una red de comercialización ilegal de medicamentos.

La sentencia ha causado conmoción en la comunidad médica y entre los usuarios del Hospital San Bernardo.

Este tipo de hechos erosionan la confianza en el sistema sanitario, comentó un médico del hospital, quien prefirió mantener su anonimato.

El caso pone en evidencia la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en los hospitales para evitar este tipo de situaciones que afectan gravemente a la salud pública.