Israel está considerando una medida sin precedentes: ofrecer el cadáver de Yahya Sinwar, líder fallecido de Hamás, a cambio de la liberación de los 101 rehenes israelíes que permanecen secuestrados en la Franja de Gaza.
La decisión surge tras meses de estancamiento en las negociaciones y el deseo del gobierno israelí por traer a casa con vida a los cautivos.
Fuentes del ejército hebreo han confirmado a este periódico que todas las medidas son posibles si eso nos va a traer a los rehenes a casa y con vida.
La liberación de estos ciudadanos es una prioridad absoluta para el gobierno de Netanyahu, convirtiéndose en el objetivo principal de la intervención militar en Gaza, que ya ha costado miles de vidas en la Franja.
El fallecimiento de Sinwar podría ser un punto crucial en esta negociación, pues Israel reconoce que su cuerpo representa una poderosa herramienta para obtener la liberación de los rehenes.
El gobierno israelí sabe que el líder caído es considerado un mártir por Hamás y por Irán, su principal aliado.
Las altas esferas de Tel Aviv están analizando con cautela qué hacer con el cadáver, que ha sido trasladado a un lugar seguro en Israel y ya sometido a pruebas de ADN para confirmar su identidad.
A diferencia de otros líderes yihadistas caídos, como Hassan Nasrallah, ex líder de Hezbolá, Israel posee el cuerpo de Sinwar, lo cual podría ser una ventaja significativa en las negociaciones.
La posibilidad de convertir al cadáver del líder de Hamás en un elemento de intercambio genera un dilema ético para el gobierno israelí.
Las fuentes del ejército israelí han dejado claro que la posibilidad de entregar el cuerpo a cambio de los rehenes está sobre la mesa, siempre y cuando Hamás acepte liberar a todos los cautivos.
La voz de las familias de los secuestrados, cada vez más fuerte en Israel, también ejerce presión sobre Netanyahu para que negocie un intercambio.